Conoce las zonas Patrimonio de la Humanidad
México es un pueblo rico en historia y cultura. Difundir nuestro patrimonio resulta hoy una acción prioritaria y continua.
Para los pueblos del mundo conservar, proteger y salvaguardar las zonas Patrimonio de la Humanidad, los bienes que le son únicos e irremplazables y que representan el alma de cada Nación, es una tarea esencial, no sólo para reconstruir y entender el pasado, sino para contribuir a la edificación del futuro de la humanidad.
En el marco del esfuerzo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a través de diversas iniciativas, para reconocer un patrimonio cultural común, México ha contribuido con la integración de registros y catálogos completos de nuestro patrimonio y cuenta con el reconocimiento, entre otros bienes, de centros históricos (ciudades) y zonas arqueológicas considerados Patrimonio de la Humanidad.
México ocupa el primer lugar en América y sexto en el mundo con 32 bienes Patrimonio de la Humanidad reconocidos por la UNESCO. Hoy presentamos dos de las categorías más representativas: los centros o ciudades históricas y las zonas arqueológicas.
Compartir nuestra herencia milenaria nos identifica como mexicanos y nos proyecta como ciudadanos del mundo.
Localizada en el Estado de Veracruz, la ciudad de El Tajín comprende una serie de plazas públicas y pirámides ricamente ornamentadas, de las cuales la más conocida es la Pirámide de los Nichos.
Constituye en América un modelo original de desarrollo urbano del siglo XVI, puesto que su trazo reticular conjuga las teorías urbanas de la España renacentista y la experiencia de Mesoamérica. El estilo barroco de sus numerosos monumentos es únco.
Fue uno de los principales centros comerciales mayas del periodo Clásico, tuvo su época de esplendor durante los años 650 y 750 d.c. Su influencia abarcó la cuenca entera del río Usumacinta. La elegancia y destreza de son sus principales cualidades.
Los asentamientos en México y Xochimilco son pruebas elocuentes del espíritu creador y del esfuerzo del hombre, por formar un hábitat a partir de islotes ganados a un extenso lago. El centro histórico de la Ciudad de México conserva testimonios excepcionales.
Campeche es un modelo de ciudad colonial portuaria, cuyo centro histórico es circundado aún por grandes murallas. Su sistema de fortificaciones, establecido por los españoles para proteger los puertos del mar Caribe contra los ataques de los piratas.
El trazo de la antigua ciudad de Antequera (Oaxaca), fue el primero con base en manzanas cuadradas en la Nueva España. Conserva uno de los más ricos conjuntos de arquitectura civil y religiosa del Continente.
La original traza física y espacial de la ciudad de Puebla, fundada en 1531, se conserva inalterada en sus volúmenes y proporciones. La fusión europea y americana logró desarrollar aquí, en la época virreinal, una fisonomía propia y exquisita.
Situado al fondo de un estrecho y sinuoso valle, Guanajuato fue el centro de extracción de plata más importante del mundo en el siglo XVIII. Este hecho propició lo construcción de grandes inmuebles religiosos, civiles e industriales.
Este sitio es el centro urbano más importante de la vasta región cultural maya.
Tuvo su máximo esplendor entre los años 1000 y 1200 d.c. Contiene algunos de los más sobresalientes ejemplos de la arquitectura prehispánica del sur de México.
En la segunda mitad del siglo XVI y a lo largo del XVII, Zacatecas fue el principal centro minero de la Nueva España. En su traza irregular, formada por pequeños espacios abiertos, calles, callejones en rampa o escalonados, se edificaron un un número importante de grandes monumentos.
Este bien cultural es un ejemplo magnífico de un asentamiento novohispano, en cuyo trazo se integran las calles serpenteantes de origen indígena con la rígida geometría española, simbolizando así su aspecto multiétnico. Está dotado de una riqueza de inmuebles civiles y religiosos edificados en los siglos XVI y XVIII, su época de esplendor.
Uno de los ejemplos más extraordinarios de la arquitectura maya se encuentra en la villa de Uxmal. El conjunto arquitectónico constituye una manifestación única por sus características compositivas, constructivas y decorativas, que se materializaron particularmente en los edificios de Las Monjas y del Gobernador, así como en la Pirámide del Adivino.
Este excepcional vestigio arqueológico del conjunto urbano de Paquimé, muestras elocuentes y abundantes testimonios de la evolución cultural del norte de América y en particular, de las ligas comerciales y culturales con otras comunidades prehispánicas.
Talcotalpan es un puerto ribereño cercano a la costa del Golfo de México, que ha preservado en gran medida su traza urbana original. Constituye un ejemplo singular de asentamiento y arquitectura típica de la región del Caribe.
El visitante podrá visitar el Museo de Sitio de Xochicalco donde hay una colección formada por objetos arqueológicos provenientes de las excavaciones en la zona, tales como, la cerámica y la escultura.
Calakmul, ciudad capital maya bien preservada e inalterada, se localiza en la región de las tierras bajas de la parte sur del país. Fue una de las dos ciudades mayas más importantes a lo largo de doce siglos, hasta que el centro de poder se trasladó a Yucatán.
Originalmente la villa de San Miguel el Grande fue establecida en el siglo XVI, como una población fortificada que protegía la entrada al norte del Camino Real de Tierra Adentro. Alcanzó su esplendor en el siglo XVIII.
Teotihuacán «lugar donde los dioses fueron creados», es la más importante ciudad de México antiguo, considerada también como uno de los polos culturales más poderosos de Mesoamérica. Su indiscutible valor universal se aprecia en la disposición geométrica de su traza urbana, relacionadas con las elevaciones geográficas circundantes que sirvieron de modelo a numerosas ciudades prehispánicas. Sitio arqueológico excepcional donde se destacan las pirámides del Sol y la Luna.
Agencias