Verdades y mitos sobre el microondas
Se dicen muchas cosas sobre la peligrosa relación entre los recipientes de plástico y el microondas. ¿Provoca cáncer?
¿El cuerpo recibe radiación? Conoce la verdad de la mano de expertos. El microondas es uno de los pocos electrodomésticos de uso diario, sobre todo para calentar sobras y almuerzos de oficina, o recalentar cafés. Sin embargo, es también uno de esos aparatos que todavía despiertan dudas y temores sobre su seguridad para la salud.
Muchas dudas
¿Cómo funcionan?
Los microondas contienen un tubo de electrones llamado magnetrón, que produce radiación electromagnética con una longitud de onda un poco más corta («micro») que la de una onda normal de radio. Estas ondas hacen que vibren las moléculas de agua en la comida, lo que finalmente produce el calor que cocina la comida. Ese es el motivo por el cual los productos con un alto contenido en agua, como los vegetales, se cocinan muy rápido en el microondas.
Un mito común sobre los microondas es que cocinan de adentro hacia afuera. De hecho, sus ondas no penetran muy bien la comida, motivo por el cual suelen quedar lugares fríos en los alimentos gruesos y necesitás dejar descansar el plato después de calentarlo para permitir que el calor se «disperse» y la cocción sea pareja.
El nivel de exposición normal también baja de forma dramática a medida que te alejás del microondas. Por ende, para ser extra precavidos, simplemente hay que alejarse del horno mientras está prendido.
Las microondas se encienden y apagan como una bombita de luz: cuando está apagado, no se emiten ondas, y las mismas no permanecen en el aparato ni en la comida.
Si bien no hay evidencias claras de que produzcan daño, a muchas personas les preocupa que los bajos niveles de radiación electromagnética puedan afectar la salud humana a largo plazo. Sin duda, es algo que necesita ser estudiado.