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La verdadera historia de Juana Gallo

La verdadera historia de Juana Gallo, símbolo de Zacatecas

A propósito del próximo aniversario de la emblemática Toma de Zacatecas de 1914, te presentamos la verdadera historia de Juana Gallo, mujer zacatecana que se creó un mito en torno a su participación en este importante episodio de la historia de México.

Uno de los personajes más célebres del imaginario colectivo nacional es la famosa Juana Gallo, quien ha generado un sinfín de mitos y leyendas en torno a su vida, ha sido objeto de inspiración para corridos, libros, diversas exposiciones en museos y hasta una película protagonizada por la gran María Félix.

Su nombre original fue Ángela Ramos Aguilar y nació en 1876 en Zacatecas, Zacatecas. Según narra la película y diversos mitos en torno a esta famosa mujer, fue una aguerrida revolucionaria que luchó, entre otras batallas, en la decisiva Toma de Zacatecas, siendo su participación de gran importancia para el triunfo de las fuerzas revolucionaria.

Sin embargo, la verdad sobre Juana Gallo dista un poco de ese mito, ya que era una mujer sencilla que se ganaba la vida vendiendo gorditas y tacos por las calles y cantinas de la capital, de las que, por cierto, era asidua clienta.

La leyenda de Juana Gallo como importante revolucionaria surgió precisamente de ella misma, quién, bajo el inflijo del alcohol, relataba fantasiosas historias acerca de su amistad con el General Francisco Villa y de cómo transcurrían sus días durante la Revolución Mexicana, incluso narraba su determinante participación en la batalla que marcó el avance de las fuerzas revolucionarias hacia la Ciudad de México: la Toma de Zacatecas, el 23 de junio de 1914.

Estos relatos, que se fueron propagando de boca a boca, fueron creando la mítica fama de Juana Gallo, quién se ganó dicho mote por tener un carácter particularmente fuerte y porque frecuentemente se veía envuelta en discusiones en las que no dudada en ofender duramente a sus oponentes.

El seudónimo fue impuesto por el párroco Eugenio Narváes cuando Ángela era muy joven, cuando en una ocasión le gritó: “¡Aplácate Juana Gallo!”, después de que ésta descalabrara a un niño que la molestaba. Y, desde entonces, cuando alguien la molestaba mencionándole tal apodo, ella respondía: “¡En tu madre me monto a caballo!”

Era una cristera apasionada, defensora del clero de la ciudad, Juana estaba dispuesta a pelear con palos y piedras en contra de cualquiera que atentara contra las costumbres de la iglesia. Se cuenta que en una ocasión agredió a cachetadas al comandante de la plaza, el general Benjamín Hill, por la clausura del culto de los templos en 1915.

En otra ocasión, se dice que, el gobernador del estado en aquel tiempo, el general Pánfilo Natera, se encontraba en el balcón de la residencia oficial, al norte de la actual Plaza de Armas, cuando Juana Gallo pasó por la avenida Hidalgo y, al calor de las copas que acababa de tomar, se detuvo frente al mandatario y le gritó: “¡General Natera! Qué bien abrigado está el muy jijo de su abuela”. Natera respondió la agresión obsequiándole a Juana un abrigo de piel de zorro, con el que se le veía frecuentemente pasearse por las calles de Zacatecas, orgullosa de su hazaña.

A los 82 años, en 1958, Juana Gallo falleció a causa de los estragos causados por el consumo constante de alcohol. Dos años después de su muerte, en 1960, el cineasta Miguel Zacarías llevó a la pantalla grande la historia de Juana Gallo, protagonizada por la primara actriz María Félix.

Te invitamos a conocer más de cerca a este personaje, a quién aún se le puede encontrar en Zacatecas al frente de las tradicionales callejoneadas zacatecanas, disfrutando un buen mezcal y al ritmo de la tambora, #CuandoTodosEstemosListos

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