¿Cómo reconocer si un niño acosa a otros?
¿Cómo reconocer y cómo actuar cuando los padres descubren que su hijo acosa a otros niños?
El perfil de un niño que acosa: ¿Qué hago si mi hijo es el acosador? A día de hoy es, por desgracia, es común oír casos de acoso escolar.
Se entiende por acoso escolar cualquier forma de hostigamiento y/o sometimiento de un alumno a otro, perturbando y amenazando con situaciones que el acosado teme.
¿Cómo reconocemos si un niño acosa a otros? Se trata mucho sobre la víctima: atenderle, ayudarle a sobreponerse, dotarle de estrategias, etc…
Sin embargo, la persona que ejerce la violencia también necesita ayuda y debe dotarse de estrategias para afrontar conflictos de una manera asertiva, entender el mal de sus actos y las consecuencias que tienen. Por ello, quiero hablar de este perfil para ayudar a identificarlo y prevenir futuros problemas.
Reconocer una situación de acoso es difícil, ya que estas suelen darse aisladas de personas responsables del cuidado de los niños y, hasta que no se lleva perpetuando durante un tiempo, a penas se reconocen signos de que algo grave está ocurriendo.
Aquí hablamos de generalidades aunque luego cada caso es muy particular pero el perfil de un niño que ejerce el acoso escolar es el siguiente:
● Niños impulsivos, que actúan por impulso.
● Tendencia a usar conductas violentas o amenazantes en otros ambientes.
● Falta de empatía para reconocer emociones de los demás.
● Carencia de habilidades emocionales propias, dificultad para la gestión de sus propias emociones.
● Personalidad agresiva, irritable.
● Tiende a tolerar mal las negativas, baja tolerancia a la frustración.
● No se atribuyen responsabilidad ante actos, tienen falta de autocrítica y no reconocen la culpa.
● Dificultad para atender normas y límites.
● En general, estas características suelen estar presentes en quien ejerce la violencia. Normalmente, es una forma de sentirse fuerte ante un grupo, y, en ocasiones, estos niños lo hacen por imitación de alguna conducta disfuncional vista en el hogar del tipo agresiva, bien verbal o física.
El hecho de ignorar estas conductas en el niño, puede desembocar en un perfil acosador en el colegio y en uno maltratador en la pareja, ya que al no enseñarle otras conductas más adaptativas y mantener la agresividad le enseña, de forma implícita, que el ejercicio de poder agresivo es la manera de conseguir las cosas.
Es importante tener en cuenta que en ocasiones hay observadores, que aunque no reciben acoso directo, indirectamente ocultan a esta persona por miedo a volverse víctimas, lo cual refuerza la conducta de los agresores.
¿Cómo deben actuar los padres que descubren que su hijo acosa a otros niños?
Es normal que de inicio los padres puedan tener dificultad para creer que su hijo ejerce violencia sobre otro, por eso no hay que castigar a los padres como responsables máximos, si no ofrecerles ayuda con soluciones: dotándoles de estrategias para el manejo de conductas de su hijo de una manera positiva y prevenir la reincidencia en el acoso.
Los padres tienden a minimizar la situación, ya que en el momento en el que se les informa de que su hijo es un acosador sienten que han fallado en su labor como padres.
Suelen ser niños que carecen de límites, por ello los padres deben dotar a su hijo de una norma o un límite que les hagan estar en sociedad de una manera correcta. Incluso en el hogar pueden ser niños tiranos, que usen el chantaje o la violencia para satisfacer sus necesidades, por lo que actuar desde el hogar es primordial.
Lo ideal sería trabajar a la vez con el centro y con un profesional que aporte herramientas de afrontamiento tanto para los padres como para el hijo.
Es importante que desde el propio hogar se empiece a hacer cambios para que el niño deje de presenciar ciertas conductas agresivas como si fuera algo cotidiano, bien sea hablar con desprecio de una persona delante del niño, y no ignorar o alabar conductas que manifiesta el niño en el hogar de tipo agresivo, reforzando su idea de héroe o intocable.
Hay que sancionar esas conductas, enseñarle la responsabilidad que tienen sus actos y enseñarle estrategias que le den habilidades positivas ante conflictos.
Es bueno conocer el entorno del niño, con qué personas se está relacionando, de dónde puede adquirir esas conductas, qué tipo de beneficio personal le aporta ese papel de acosador, puesto que, en ocasiones, detrás de esos niños se esconden problemas de autoestima, lo cual hace que el niño se sienta fuerte y admirado por los demás pero de una forma inadecuada.
También es positivo favorecer actividades en grupo, enseñarle estrategias de contacto y comunicación positivas para que a través de la exposición directa se pueda redirigir su conducta a una más adaptativa.
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Escrito por Dña. Isabel Diego Rivas Miembro de Saluspot y psicóloga clínica forense en el Centro de Psicología Isabel Diego. Con información de Ser Padres Foto Understood org.