El día de Beatriz
El día de Beatriz, por Andrés González Arias.
Formada en la imaginaria de una larga lista de la Alianza por México para conseguir la candidatura a la presidencia de la república, la senadora priista, tlaxcalteca, Beatriz Paredes Rangel, no rehúye ni el tema ni niega sus aspiraciones. de Beatriz, de Beatriz, de Beatriz, de Beatriz, de Beatriz, de Beatriz, de Beatriz
Gobernadora de Tlaxcala, senadora, presidenta de la cámara de diputados, presidenta del senado, embajadora de México, presidenta nacional del PRI, a pregunta expresa, señala sobre el tema:
“Quiero aportar esta experiencia a la solución de los problemas de México y participar con mucho entusiasmo para lograr la candidatura por parte de la Alianza”.
Mujer de luces es Beatriz; hábil y contundente en sus decisiones sobre política.
Tacha a esta administración federal, como “un gobierno contradictorio, sin la visión federalista que se necesita y si, ejerciendo una visión centralista. Y por eso ha tenido resultados muy disparejos”.
Ayer y para Querétaro, para muchas mujeres con las que se reunió; con un centenar de estudiantes de la Universidad Anáhuac; con una buena parte de la militancia priista, se puede considerar el día de Beatriz, la priista – no la otra – la inteligente, la líder desde la escuela, la que busca aportar “para servir y transformar a la sociedad (…) para eso se busca ser líder”.
Inició muy temprano – a eso de las nueve – en un salón del Fiesta Americana, el diálogo directo con cerca de 120 mujeres, congregadas que fueron por la priista Silvia Hernández, cuando “no pudimos decir que no a muchas mujeres queretanas que querían platicar con la senadora”; entre otras estuvo ahí la Lic. Sonia Alcántara.
Y con ellas, se tocaron todos los temas; más – desde luego – los de actualidad política.
A eso de la una de la tarde y en un salón de la Universidad Anáhuac, donde reunió a más de cien jóvenes estudiantes, de “SINERCIA, programas en liderazgos en administración pública”, ofreció una conferencia magistral y no solo por el título, sino mejor por la forma en que la expuso.
Con ellos, el lenguaje de la senadora fue coloquial, nada rebuscado, franco, ameno.
Narró una historia que se dio cuando, como ellos, era estudiante. Ella venía de estudiar en la capital del país “y me sentía muy papas fritas”. Entonces, el maestro de matemáticas la nombró su asesora. “Eso hizo crecerme más”.
Pero la senadora cuenta que a los ocho días la llama el maestro. Y le dice que, en efecto, “si eres muy inteligente Beatriz, pero ve, vas a ayudar a que pasen el año los dos alumnos menos aplicados del salón”.
Ahí nació la historia de Benjamín y Calixto. Uno de ellos si pasó, “de panzazo, pero pasó” y el otro no alcanzó a librarla, reprobó. Fue cuando su maestro le dijo: “Mira Beatriz, si la inteligencia no te sirve para transformar a la sociedad, entonces ¿Para qué la quieres?”
Y dirigiéndose al centenar de muchachos que atentos la escuchaban, es que les pregunta. “A ver ¿Cómo para qué buscarían ustedes ser líderes? ¿Cuál es su propósito? Eso lo deben tener muy claro”. Y les recomendó acercarse a un maestro para escucharlo, para que les marque rutas, para que los guie y los aconseje.
“Vivimos una etapa de transformaciones en el mundo, no solo en nuestro país; tenemos ya aquí una revolución tecnológica, es la revolución del conocimiento; vendrá una revolución laboral, con la utilización de tecnología de punta” para compartirles que en una empresa armadora de vehículos, que utilizaba cien o más trabajadores, ahora es manejada por solo dos ingenieros. “Eso yo lo viví en una armadora de Puebla”.
Preparación tecnológica, pues, pero también compromiso social. “Y en México tenemos grandes extremos. Hay que prepararse para ser líderes con sentido social. No me dediqué a la política para ser importante, sino para cambiar la realidad social que tenemos”.
Este fue el día, ayer, de Beatriz, la priista, en Querétaro; la que anda – también aquí – “con mucho entusiasmo para lograr la candidatura por parte de la Alianza por México”.
Andrés González Arias
Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.
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