Presentan exposición Natividad en el Museo Nacional de San Carlos
Museo Nacional de San Carlos presenta Exposición Natividad. Tiempo de celebración
Hace casi cinco siglos se estableció la manera y los personajes que pintores y escultores debían representar en temas como la Navidad, la Anunciación o la adoración de los pastores y de los Reyes Magos, tal como lo muestra la exposición Natividad. Tiempo de celebración en el Museo Nacional de San Carlos (MNSC), que integra obras de Johann Friedrich Overbeck, Sebastián Gómez, El Mulato, Willem van Herp, Gérard Seghers y Giovanni Battista Salvi, entre otros.
“Quisimos no sólo analizar cómo nace esta celebración y cómo se fue configurando a lo largo de los siglos, sino también cómo impactó en el arte y cómo los propios artistas fueron experimentando con las obras, imaginando aquellos pasajes; dado que los evangelios de Lucas y Mateo, que aluden esos momentos, no dan muchos detalles”, comenta en entrevista Zyanya Ortega, curadora del MNSC.
Esto implicó que los pintores debieran imaginar aquellas escenas y experimentar con texturas, telas y colores. “Así que en la muestra fuimos diseccionando las obras y analizándolas, sobre todo desde la iconografía, y estudiar por qué era importante representar de cierta manera a personajes como los Reyes Magos.
“Por ejemplo, está el hecho de que Gaspar, al arrodillarse ante Jesús, se quita la corona y el cetro, lo que significaba que hasta los reyes se rinden ante el poder de Jesús, y, por tanto, le rinden pleitesía; además de que confirmaba la creencia de que era dios quien coronaba a los Reyes, es decir, quien los ponía ahí por designio divino”, destaca.
Si bien, desde el siglo IV, pintores y escultores comenzaron a recrear el ciclo de la Natividad, que inicia la noche del 24 de diciembre con la vigilia, poco antes del nacimiento de Jesús, y termina 12 días después con la Epifanía o Adoración de los Reyes Magos, fue hasta el siglo XVI, con el Concilio de Trento, que la iglesia determinó que los creadores sólo podían basarse en fuentes oficiales para la creación de sus obras.
“Porque antes de ese momento, los artistas no sólo se basaban en los evangelios, sino también en fuentes apócrifas. De ahí que la Anunciación, en el norte de Europa, representaba a la Virgen María dentro de una habitación cerrada, como sugerían los apócrifos; mientras que, en Italia, se le representaba en una habitación abierta y con vista hacia un jardín edénico.
“Esto colocaba a la Virgen María en contraposición con Eva; es decir, si Eva profanó el paraíso terrenal con el pecado original y eso condenó a la humanidad, la Virgen María, con su propia virginidad y acatando las órdenes de dios, preserva el jardín y ayuda a que la humanidad sea salvada… Y todo eso vamos a poder ver en esta exposición”, explica la especialista.
Así que, a principios del siglo XVI, en respuesta a la Reforma protestante, las autoridades eclesiásticas acotaron la libertad de los artistas en cuanto a imaginar aquellos episodios basados en evangelios apócrifos; y, a partir del Concilio de Trento, se determinó que los creadores sólo podían basarse en fuentes como la Biblia o La leyenda dorada, de Santiago de la Vorágine, lo que sentó las bases de la iconografía relativa a estos ciclos.
Esto redundó, por ejemplo, en que Baltasar debiera ser representado como una persona de color o que se estableciera que, en la Adoración, los pastores tocaran de cierta manera los instrumentos.
Y, de forma paralela, apunta Ortega, “se registró una revolución en cuanto a las técnicas en el arte, con lo cual los artistas empezaron a trasladar su trabajo del óleo o temple sobre tabla al óleo o temple sobre lienzo, debido a que el lienzo era más barato y más fácil de transportar a distintos lugares; sobre todo, pensando que en aquel momento el comercio artístico se abrió a tierras más lejanas”.
Finalmente, la curadora destaca que en este conjunto de obra no sólo se aprecia la relación entre el mundo cristiano y las Sagradas Escrituras, sino también cómo los creadores miraban a África o al Medio Oriente.
Natividad. Tiempo de celebración se divide en tres núcleos temáticos: La anunciación, La adoración de los pastores y La adoración de los Reyes Magos. Está compuesta por cerca de 20 obras y permanecerá abierta hasta el 2 de febrero de 2025.
El ciclo de 12 días
El ciclo de la Natividad inicia la noche del 24 de diciembre con la vigilia, poco antes del nacimiento de Jesús, y termina 12 días después, con la Adoración de los Reyes.
Natividad, Natividad, Natividad, Natividad, Natividad, Natividad