La ignorancia de los influencer
Mientras lucen excesivamente seguros de su juicio en las redes sociales, utilizan la simple ignorancia como justificación ante posibles conductas delictivas. La ignorancia de los influencer, por: Ángel Dorrego
Al inicio de esta semana se dictó prisión preventiva a la influencer Josseline Hoffman, cuyo nombre en redes sociales es YosStop, por el delito de pornografía infantil. Entre los muchos debates que se han generado en las redes sociales y otros medios de comunicación en lo referente al caso, me parece interesante observar como el derecho se ve envuelto en la interpretación de la justicia de los actores involucrados, sus percepciones de la realidad y las terribles taras de formación que exhiben como gracias. Ese es un síntoma más de cómo nuestro sistema social sufre para adaptar los términos normativos de nuestra convivencia con la aparición de tecnologías que facilitan incluso las labores más deleznables.
Para empezar, el concepto de influencer es relativamente nuevo en nuestra vida pública. Si bien ya habido un amplio listado de personas que se ostentan o los ostentan con el término, estamos en la primera generación de gente que ha obtenido una fama rentable y un estatus de celebridad sin el filtro de los medios de comunicación tradicionales, sino a través del contenido que comparten por las redes sociales más populares. Esto otorga muchísima libertad a los creadores de entretenimiento digital acerca de los criterios editoriales de su trabajo, ya que no tienen que pasar en primera instancia por la censura de los intereses de la compañía transmisora, los productores y los patrocinadores. La desventaja radica en que no tienen red de seguridad que les indique que están haciendo algo dañino. Están supeditados a las falencias de su propio criterio.
Incluso las celebridades por canales tradicionales ya tienen que recurrir a estas herramientas como parte de su posicionamiento público, convirtiéndose en atractivos paneles publicitarios. Pero, como en toda actividad humana hasta la fecha, a unos les va mejor que a otros, y por motivos muy distintos. Por ejemplo, el futbolista Cristiano Ronaldo hizo a un lado un par de botellas de gaseosa en una conferencia de prensa y las acciones bursátiles de la famosísima compañía que las fabrica sufrieron las consecuencias. Eso es tener influencia, ya que se mandó un mensaje y se abrieron varios debates de salud basados en la sencilla acción.
or el otro lado, podemos recordar que en las pasadas elecciones federales en nuestro país, varios influencers, de los que medianamente destacan un conductor de revista matutina y algunos participantes de un reality show donde hacen fiestas todo el tiempo, invitaron a sufragar por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) durante la jornada de votación. Por cierto, es delito electoral hacer campaña en esa instancia. Los aludidos que respondieron sólo alcanzaron a atinar como respuesta que desconocían que esa acción estaba penada, que sólo estaban cobrando por una mención comercial más.
Para cualquiera que haya tomado una clase de civismo en la educación media está claro que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Pero aún así, muchos de ellos han decidido fingir demencia. Como dato cultural, el término fingir demencia viene de la premisa jurídica de no juzgar a quien es incapaz de entender sus actos. Por ende, el brazo de la justicia es menos severo con aquellos que viven condenados a coexistir en la realidad paralela de una mente afectada por la enfermedad o con los que tienen una capacidad de comprensión tan baja que se les diagnosticaba sutilmente como idiotas. Y entonces la gente acusada de crímenes empezó a actuar como ellos para evitar afrontar los castigos correspondientes. Fingían demencia porque mejor idiota que preso. Por lo tanto, parece que la ignorancia es la nueva demencia. Influencers excesivamente seguros de su criterio y juicio sólo encuentran por defensa que pasaron por toda institución educativa con la mente en otro lado.
En el caso de Hoffman, decidió hacer un video para criticar a otro que se volvió viral, en el cual aparece una pelea entre adolescentes. La influencer menciona que investigó al respecto y se enfoca en hablar de unas de las chicas que participa en la trifulca, a la cual se refiere con términos más hirientes y degradantes que ser insultado por diez argentinos al mismo tiempo, además de revelar su identidad. Y para respaldar sus dichos alegó que tenía en su teléfono un video de la persona en cuestión teniendo actividades sexuales con varios chicos en una fiesta. Este segundo video se popularizó gracias a la mención. Sin embargo, el criterio no alcanzó para ver que la aludida era una menor de edad que estaba siendo abusada mientras se encontraba intoxicada.
Esto es por lo que se le acusa de la posesión, distribución y promoción de pornografía infantil. Sus familiares y defensa jurídica comentan que no sabía que la joven era menor de edad. Esto a pesar de que se menciona en el video de Hoffman que es estudiante de bachillerato. Después que no sabía que tener el video era delito. Posteriormente, que se trataba de un material periodístico, lo cual es, por lo menos, absurdo. También se dijo que primero aprehendieran a los perpetradores materiales del abuso, lo cual es una deuda pendiente de la autoridad si quiere evitar la sospecha de que sólo perseguían reflectores, pero no afecta de modo alguno la posible responsabilidad de la influencer. Si bien ella es inocente hasta que un juez determine su culpabilidad basándose en las evidencias, la ignorancia no puede ser una justificación para delinquir. Esto es algo que tendrán que aprender las nuevas estrellas de las redes para que no tengan que fingir demencia ante posibles responsabilidades criminales. Porque mejor ignorante que preso.
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La ignorancia de los influencer. Por Ángel Dorrego
Analista, consultor y asesor político. Especializado en temas de seguridad y protección civil. Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales también por la UNAM. Cuenta con experiencia como asesor de evaluación educativa en México y el extranjero, funcionario público de protección civil y consultor para iniciativas legislativas.
Twitter:@AngelDorrego
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