La Noche que Nadie Duerme, este 15 de agosto en Huamantla
Te decimos cómo se vive La Noche que Nadie Duerme en Huamantla, una tradición que une arte y fe con tapetes de aserrín.
La Noche que Nadie Duerme es mucho más que una celebración religiosa; es una experiencia que transforma las calles de Huamantla, Tlaxcala cada agosto. La ciudad se convierte en un enorme lienzo donde la devoción y el arte se entrelazan para rendir homenaje a la Virgen de la Caridad, en una vigilia que dura hasta el amanecer.
En medio de la Feria de Huamantla, esta tradición reúne a miles de personas, tanto locales como visitantes, para presenciar un evento que ha sido reconocido por su belleza, organización comunitaria y fervor espiritual.
Lo que ocurre durante esta noche es único en México: kilómetros de tapetes coloridos, música, oraciones, y una procesión que recorre toda la ciudad sin descanso.
El nombre que hoy conocemos fue inspirado por una crónica publicada en el periódico El Sol de Tlaxcala el 25 de agosto de 1968. El texto describía cómo la ciudad permanecía despierta, envuelta en una vigilia de fe y colaboración. Desde entonces, “La Noche que Nadie Duerme” se adoptó oficialmente.
¿Qué es la Noche que Nadie Duerme?
A lo largo de la noche, se extienden más de siete kilómetros de tapetes elaborados con aserrín pintado, flores, semillas y arena. Este año esta festividad se realizará el 15 de agosto.
Estas creaciones no son improvisadas: más de 900 familias se organizan por barrios para aportar a esta obra monumental que decora las calles principales del centro histórico de Huamantla.
Los tapetes ocupan espacios de hasta 40 metros cuadrados, y cada uno tiene un diseño distinto dedicado a la Virgen. Frente a la basílica, también se construyen alfombras detalladas que combinan símbolos religiosos y motivos florales, todo dispuesto con gran precisión.
¿Qué ocurre en la Noche que Nadie Duerme?
Una de las partes más esperadas ocurre a la medianoche, cuando inicia la misa solemne en la Basílica de la Virgen de la Caridad. Posteriormente, alrededor de la 1:00 a.m., comienza la procesión que da sentido a toda la jornada: la imagen de la Virgen es llevada en hombros sobre los tapetes durante un recorrido que puede extenderse hasta por nueve horas.
El trayecto pasa por calles como Allende, Juárez, Reforma, Galeana y Abasolo, mientras los asistentes acompañan con cantos marianos, rezos y música. Nadie pisa los tapetes hasta que ha pasado la imagen sagrada, como muestra de respeto y fe.
Durante la madrugada, Huamantla no solo ofrece arte y religión, también se llena de aromas y sabores típicos. En las calles es común encontrar tamales, atole, muéganos y café de olla, preparados por los mismos vecinos para compartir con los visitantes.
La música también juega un papel importante. Mariachis, rondallas y coros religiosos acompañan la velada con canciones que llenan el ambiente. Muchos hogares se abren para ofrecer hospitalidad a quienes vienen de lejos, lo que demuestra que la generosidad huamantleca sigue presente, incluso en tiempos actuales.
La importancia de La Noche que Nadie Duerme
El arte efímero es otro de los grandes protagonistas. En 2022, Huamantla logró un Récord Guinness por haber realizado el tapete más largo del mundo, con casi 4 kilómetros de longitud, hecho por 240 artesanos locales.
La relevancia de esta festividad ha sido reconocida oficialmente. En 2013, La Noche que Nadie Duerme fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Tlaxcala. Posteriormente, el 11 de octubre de 2023, se integró al Inventario Nacional del INAH, y en 2024 se impulsó su candidatura como Patrimonio Mundial ante la UNESCO.
La Noche que, La Noche que, La Noche que, La Noche que