No hacen caso a Sheinbaum; nueva era del diezmado Poder Judicial
No hacen caso a Sheinbaum; nueva era del diezmado Poder Judicial
Tras La Verdad, por Héctor Parra Rodríguez
Lunes 1 de septiembre de 2025
El pasado fin de semana Claudia Sheinbaum envió a la Secretaria de Gobernación de AMLO, para «apretar tuercas» a los legisladores federales de su partido; la señora Rosa Icela Rodríguez, fue a regañarlos por hacer gala de sus «lujos y excesos» y no cumplir con la «austeridad republicana».
En su momento tanto AMLO como Sheinbaum presumieron en las mañaneras con la frase de: «fuera mascaras». Ante la supuesta hipocresía de la oposición. No pasó mucho tiempo para que los morenistas hicieran lo mismo, solo les faltaba estar en el poder para presumir los lujos y excesos a los que nadie parece rehuir, por el contrario, personajes aborrecibles como Gerardo Fernández Noroña, que antes detestaban los lujos y usaba frecuentemente aquella frase desgastada de: pueblo pobre y gobierno rico; en poco tiempo el mismo personaje presume de riqueza y se defiende, él puede hacer lo que quiera con su dinero, asevera.
Ahora, los «pobres» de antes», disfrutan de la riqueza, de la bonanza que les brinda el ejercicio del presupuesto público; desde el propio López Obrador, su familia y N número de funcionario de la Cuarta Transformación, hacen gala de excesos y lujos. El amor y el dinero, dice un dicho: no pueden ocultarse. Mientras tanto, el sufrido pueblo, que para todo lo inmiscuyen los morenistas, continúa igual o más «jodido» que antes.
En la sede de la Cámara de Diputados, cual si fuese la casa de Morena, acudió la dirigente de ese partido para hablar de la reforma electoral; una vez más contraviniendo a la presidente Sheinbaum. La señora Luisa Alcalde aseguró que no deben desaparecer los «plurinominales», cuando hace apenas un par de días había asegurado lo contrario. Sintió la presión de las sanguijuelas de sus aliados, los chiquillos que viven de los plurinominales. Sheinbaum quiere desaparecer esos cargos de elección popular indirecta, según sus propias declaraciones.
Sin criterio firme Doña Luisa; hace unos días sustentaba «enjundiosamente» su propuesta de desaparecer esos cargos, apoyando a Sheinbaum, dado que la oposición promueve a sus candidatos por esa vía sin hacer campaña -justificaba-, habiendo aludido a varios nombres de quienes hoy son senadores de oposición. De corta mentalidad la señora, olvidó que el partido de AMLO, ha hecho exactamente lo mismo, es por ello que tiene el mayor número de legisladores por la vía plurinominal; además, los coordinadores de sus bancadas llegaron por la vía plurinominal. La dirigente da saltos al vacío. Monreal las «para en seco» al advertir que ellos tendrán la última palabra.
Sheinbaum también envió a la reunión partidista en la que hubo senadores y diputados federales -en la sede de San Lázaro el fin de semana- a la Secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, la señora que reparte miles de millones de pesos en pensiones y becas, aunado a que controla a miles de empleados que operan electoralmente: los «siervos de la nación». Doblaron a la señora para que atendiera a los legisladores; estos se quejaban amargamente de no ser tomados en cuenta por Ariadna.
Morena necesita de esa Secretaría para el control y manipulación de los millones de votantes cautivos por medio de los programas sociales; los diputados morenistas requieren que esos electores beneficiarios con algún programa, saben que les devuelven los favores cuando consiguen algún otro beneficio; además reiteraran que, gracias a Morena, reciben los beneficios, no así a la obligación constitucional y al derecho que emana de la Carta Magna; no, ellos venden el «favor» al electorado. Es la Secretaría de Acción Electoral de Morena.
Este 1º de septiembre será recordado por la vergonzante entrada en vigor del nuevo sistema politizado de la infame impartición de justicia federal alejada de los principios fundamentales que le garantizan absoluta confianza nacional e internacional, que son la autonomía, la profesionalización y la independencia de los juzgadores, subordinados a la Constitución; hoy ingresan al incierto y oscuro sistema de justicia electorera, politizada, dependiente del Poder Ejecutivo, del partido en el poder, consecuencia del truculento proceso de destrucción que implementó el expresidente López Obrador con la finalidad de romper con el equilibrio de Poderes públicos; ya podrán seguir violando cuanta ley se les atraviese sin consecuencias legales. Un Poder Judicial sumiso.
El gobierno de la Cuarta Transformación minimizó y ridiculizó al Poder Judicial y a sus funcionarios; dejó de respetar y ejecutar las sentencias que le obligaban a cumplir las ejecutorias. No les importó la justicia, la nulificaron, la degradaron a través de campañas de desprestigio. Tanto AMLO como Sheinbaum, derruyeron la confianza en la impartición de justicia, la amañada que exigen para ellos; la justicia «pelona» para los que resulten incómodos. Si no hicieron caso a las sentencias de los expertos, menos a los aprendices de jueces. No es lo mismo alcanzar grados académicos y diplomas, que dominar la técnica de la impartición de justicia.
A la mayoría de los mexicanos poco les importó la destrucción del sistema judicial, dado que están alejados de los problemas relacionados con la justicia.
Sin embargo, estamos en presencia de un «golpe de estado blando», en el que el oficialismo aprovechó las instituciones democráticas que les permitió arribar al poder para después destruir los cimientos e instaurar un sistema político con todas las características de una dictadura, bajo el sucio y manipulado juego de las leyes vigentes, respaldados con autoridades electorales doblegadas, lacayas del oficialismo; ilegalmente les entregaron el poder que no les correspondía.
Sheinbaum espera que las nuevas autoridades judiciales sean dóciles, se plieguen a sus caprichos, a los deseos del oficialismo. Fueron tan ruines en la creación de las nuevas normas legales que este día las autoridades judiciales emanadas de un proceso electoral sucio y fraudulento, rendirán protesta frente y ante figuras políticas y no judiciales. Los nombramientos que recibieron 881 nuevos impartidores de justicia fueron otorgados como constancias de mayoría, no avalados por autoridades judiciales después de exámenes de oposición.
Qué importa lo que diga Claudia Sheinbaum en su primer informa del estado que guarda la administración pública si ella es partícipe de la destrucción y del deterioro de las instituciones democráticas de México. Dirá otra retahíla de mentiras que distan muchos de la realidad, será otra mañanera más como cualquiera.
Tras La Verdad / Por: Héctor Parra Rodríguez
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