¿Olvidar es la única forma de volver a empezar?
Yo no hablo de perdones ni venganzas, yo hablo de olvidar…
No busco que me pidan disculpas ni que paguen por lo que hicieron. ¿Qué sentido tendría? El perdón es un bálsamo que no quiero ofrecer, y la venganza, un fuego que no quiero avivar. Lo único que anhelo es olvidar.
Olvidar los nombres y los rostros. Olvidar las palabras que se clavaron como espinas en mi piel. Olvidar las miradas que me juzgaron, las risas que me derrumbaron. Porque cargar con estos recuerdos es como llevar una piedra al cuello. Y ya estoy cansada de arrastrarla.
No quiero justicia, ni siquiera explicaciones. Que se queden con sus razones, que se queden con su culpa, si es que la sienten. Yo lo que quiero es limpiar mi mente, arrancar el peso de su existencia de mi historia. Porque solo así podré ser realmente libre.
El olvido no es cobardía, como algunos piensan. El olvido es un acto de valentía. Es negarse a vivir encadenada a lo que otros hicieron, a lo que otros dijeron. Es cerrar la perta y seguir adelante, sin mirar atrás, sin guardar rencor, sin gastar más lágrimas en quien no las merece.
No me hables de perdones. No necesito reconciliarme con el pasado. No me hables de venganzas. No quiero perpetuar el daño. Yo solo quiero el vacío del olvido, donde ni siquiera quede el eco de lo que fui, de lo que me hicieron ser.
Porque olvidar… olvidar es la única forma de volver a empezar.
Cómo olvidar el pasado y empezar de nuevo
La vida es el presente, no el pasado ni el futuro. Sin embargo, puede ser que los recuerdos del pasado se cuelen en el presente y no nos dejen disfrutar de cada momento.
Cuando las experiencias pasadas nos vienen a hacer una visita, pero esa visita acaba siendo algo constante, puede interrumpir nuestra rutina actual. Cuando sentir nostalgia y añoranza hacia el pasado se convierte en algo habitual, nos alejaremos del presente. El pasado se vive como si fuera el ahora, algo que no es nada sano.
Seguro que alguna vez nos hemos preguntado: ¿Por qué me acuerdo del pasado y soy incapaz de olvidarlo?
La idealización del pasado
Cuando sientes que el pasado eclipsa el presente de una forma continua, puede significar que hayas caído en la trampa de la idealización mental. Desde esta perspectiva, exageras los detalles bonitos de la realidad de ese momento e ignoras las cosas que no era tan perfectas. Esto hace que vivas comparando constantemente el pasado y el presente. Cuando asocias estos dos elementos sientes que lo que está ocurriendo ahora no llegar a la altura de lo que pasó en el momento pasado.
Si es cierto que la idealización suele tener más cabida en el ámbito de las relaciones, así ocurre con el típico primer amor del que no nos podemos olvidar.
De esa forma, la idealización del pasado también está vinculada con la identificación de la juventud como la etapa más importante de los seres humanos. Las personas sienten que perder la juventud significa perder el brillo vital, lo que hace que sean más vulnerables ante el riesgo de una idealización que resta alegría.
La clave es perdonar
Hay casos en los que si no se olvidar el pasado, se revive la situación otra vez. La persona no puede romper este nudo porque no ha olvidado lo que pasó y esto hace que los sentimientos negativos vuelvan a florecer.
Debemos dejar claro que perdonar no significa borrar lo que pasó u olvidarlo literalmente. Nadie puede hacer eso porque nuestra memoria nos lo recuerda. Pero, el perdón es algo necesario para que la persona no esté atada a las emociones pasadas. Es un gesto indispensable para la libertad.
A veces hay personas que no pueden olvidar el pasado y vivir en el presente, algo que depende mucho de la actitud de quien se posicione como “víctima”.
Incluso podemos llegar a pensar que los recuerdos y las emociones negativas por la situación vivida nos perseguirán por siempre cuando esto no es así. Si es cierto que no podemos olvidar el pasado por completo, pero sí podemos evitar que esos recuerdos se cuelen en nuestro día a día y nos hagan la vida imposible.
Para que esos recuerdos no nos torturen debemos superarlos y para ello hay que hacer un ejercicio que implique aceptar lo vivido sin juzgarlo más. Aprender a perdonar a las personas que nos hicieron daño y no ser rencorosos es muy importante, si no lo hacemos, no avanzaremos.
Si queremos desahogarnos podemos expresar nuestros sentimientos a alguien de confianza, esta persona nos aportará su punto de vista e igual puede ayudarnos a tomar otra perspectiva.
¿Por qué no puedo olvidar el pasado?
Es una pregunta que te habrás hecho muchas veces. Cuando vives en el pasado y no en presente, hace que te evadas de tu responsabilidad de tomar decisiones. Tu pasado es algo que no se puede cambiar, conoces cómo se desarrollaron los acontecimientos que pasaron en cada momento y cuál fue el final de cada situación.
Sin embargo, cuando tomas decisiones en el presente no sabes lo que va a pasar y esto hace que experimentes un sentimiento de incertidumbre al no poder controlarlo todo. Esto hace que el cuerpo emita un mecanismo de defensa para protegernos de las posibles decepciones o situaciones negativas que afecten a nuestra autoestima y lo hace evitando nuevas responsabilidades utilizando al pasado como una excusa y no como un aprendizaje.
Hay situaciones que por su dimensión y capacidad para marcarnos en nuestra vida pueden producirnos un efecto de recuerdo recurrente hacia el ayer. Estos sucesos se convierten en una referencia personal debido al gran impacto que tuvieron en nosotros aun habiendo pasado tiempo.
En esos casos, el aprendizaje significa tener la capacidad de recordar lo que ocurrió sin que nos afecte emocionalmente.
Pasos que tienes que seguir para olvidar el pasado y ser feliz:
Olvidar el pasado no es algo sencillo y para poder hacerlo debes seguir estos:
Ten presente el recuerdo: aunque pensemos que reprimir los malos acontecimientos es lo mejor, no lo es. Si hacemos eso solo bloqueamos los sentimientos negativos y no los gestionamos de forma correcta, algo que no nos servirá de nada porque seguirán en nuestro subconsciente. Por lo tanto, lo primero es recordarlo.
No juzgar el acontecimiento: si decimos que el recuerdo es malo, hará que lo cambiemos y lo veamos aún peor de lo que fue. Para poder dejarlo atrás tenemos que sostenerlo, apreciarlo, recordarlo y no juzgarlo.
Perdonarnos y perdonar: después de analizarlo y gestionarlo, toca perdonar. Tenemos que dejar atrás el odio del pasado y dejar de sentirnos responsables por lo que pasó o dejar de hacer sentir así a los demás. Si nuestro objetivo es ser felices, la culpa no sirve de nada.
Superar y seguir adelante: cuando ya esté todo superado, debemos centrarnos en nuestro crecimiento personal y en cuidar a nuestros seres queridos. Esto es un paso muy importante.
Disfruta de lo bueno: al principio nos costará centrarnos en las emociones positivas, pero una vez hayamos aprendido a vivir en el presente y no en el pasado nos resultará sencillo.
Aplicar todas las estrategias aprendidas es un gran paso para ser felices. Dejar atrás el pasado significa capacidad de superación, madurez y buenas estrategias de resiliencia.
Olvidar el pasado que nos causa dolor
Todo el mundo tiene recuerdos malos y eso es algo que no podemos borrar ya que, el pasado es algo que no queremos volver a experimentar pero que no podemos olvidar. Y está comprobado, cuanto más doloroso es, más difícil es olvidarlo.
Todas esas malas experiencias nos pueden pasar factura porque si nos dejan marca pueden llegar a cambiarnos por completo, desde nuestra forma de ser hasta la forma en la que nos relacionamos con las personas.
Lo mejor sería olvidarlo de un día para otro, pero eso es imposible. Todo lleva su ritmo y cada persona es distinta, a unos les costará más y a otros menos. De hecho, puedes contar con la ayuda de un psicólogo para afrontar esta etapa de tu vida.
Cabe decir que si el pasado no está generando ningún tipo de trauma no hace falta que lo olvidemos ni nos obliguemos a ello. Tenemos que tomarnos tiempo y saber qué necesitamos en cada momento.
Vivir en el presente es la mejor opción
Cuando hayamos conseguido dejar el pasado atrás y ya no estemos anclados a acontecimientos pasados, podemos empezar a vivir nuestra vida centrándonos en el presente. Una buena manera es proponernos objetivos a corto plazo y ver si somos capaces de alcanzarlos, esto puede hacer que aumentemos nuestra autoestima y tengamos un gran aprendizaje.
Tenemos que aceptar que el futuro es incierto y no podemos saber lo que pasará y el pasado es algo que ya no podemos cambiar. Por ello, es tan importante que aceptemos que vivir aquí y ahora es lo mejor que podemos hacer. El presente supone ir disfrutando de las oportunidades y buenos momentos que nos da la vida e ir superando a su vez distintos retos. Esto no será fácil, pero tienes que pensar que algo se aprende de las malas experiencias.
Si los recuerdos te persiguen y no sabes como lidiar con ello, lo mejor es que acudas a un especialista que te ayude a afrontarlo con las herramientas adecuadas.
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