Qúe hacer si tu hijo interrumpe las conversaciones
Cuando tu hijo interrumpe a los demás
Técnica para cuando tus hijos interrumpen tus conversaciones
Quizás nos hemos encontrado con niños que, ante la emoción o la desesperación, interrumpen nuestras conversaciones de manera constante e inmediata –aún si se trata de una conversación importante. Y por tanto aprendemos a recurrir a frases tipo “no interrumpas”, “no te metas en la conversación”, “espera”, “cállate”, etcétera.
Sin embargo, así como nosotros, como padres, hemos aprendido a recurrir a este tipo de frases, los niños también aprendieron a demandar la atención de esa manera. Por lo que, de acuerdo con la premisa psicológica cognitiva conductual, es una conducta que puede desaparecer con otro aprendizaje. Para ello es importante que el nuevo aprendizaje sea congruente –brindar la misma reacción positiva ante la situación– y repetitivo.
Un ejemplo de ello es el caso de Kate de An Everyday Story, quien explica que, mientras estaba platicando con una amiga suya, su hijo de tres años se acercó para decirle algo. En lugar de interrumpir, él puso su mano en la mano de su madre o en el hombro. Él esperó mientras su madre ponía su mano sobre la de él. Luego, cuando ella terminó de hablar, se volteó hacia el niño y le prestó toda la atención.
Hay cuatro pasos en este sencillo truco que los niños pueden practicar y dominar en pocos días:
1. Haz que tu niño coloque su mano en tu hombro. Luego coloca tu mano sobre la de él niño o la niña para demostrarle que sabes que quiere tu atención.
2. Cortésmente discúlpate con quien estás conversando.
3. Después gírate hacia tu hijo, retira su mano de tu hombro y dale toda la atención.
4. Parece algo muy obvio pero a veces muchas mamás y papás suelen tener problemas con esto. La idea de este tip de crianza es enseñar buenos modales e incluso ayudar a aumentar la autoestima de un niño.
La idea es que tu hijo sepa que te has dado cuenta de que requiere tu atención, cuando siente tu mano sobre la suya asume que pronto estará recibiendo tu respuesta y que te harás un espacio para lo que tiene que decir, cuando interrumpes tu misma tu conversación tu interlocutor no siente agresión y entonces puedes en pocos minutos resolver lo que requiere tu hijo sin que retrasar tu respuesta le genere estrés o ansiedad y que tenga un tiempo de tolerancia hacia ti, porque lo que tu estás haciendo también es importante.
Tu hijo tiene una necesidad imperiosa de hablar, un impulso casi incontrolable. Quiere beber algo, ir a jugar al aire libre o contarte del gran gato que ha acariciado con su amigo. Es algo que quiere contarte enseguida, no puede esperar hasta que le dediques tu atención y te interrumpe constantemente. Por supuesto estás muy orgullosa de su capacidad para hablar, de que hable tan bien y tan decidido. Quieres potenciar su capacidad lingüística, pero, ¿tienes que renunciar a poder terminar nunca más una frase?
¿Por qué interrumpe a los demás?
Hay varias razones por las qué tu hijo te interrumpe constantemente. La edad y el temperamento de tu hijo juegan un importante papel.
- Si tu hijo ya tiene dos años, puede hacer grupos de tres palabras. Su memoria a corto plazo todavía no está muy desarrollada. Se debe decir rápidamente lo que ha sucedido, o puede olvidar lo que quería decirte. Por eso te interrumpe. Además, el niño no puede imaginar que haya algo más importante que su opinión. Debido a su desarrollo natural, se tiene sólo a él en cuenta y sus necesidades. La frase: «por favor, no me interrumpas» no la entiende.
- Con tres y cuatro años tu hijo poco a poco se convierte en un pequeño altavoz. Puede cambiar el tono de voz y escoger las palabras, incluso participar de pequeñas conversaciones simples. Y está empezando a comprender que el mundo no gira sólo alrededor de sus intereses. Aunque a muchos niños les importa si los demás no le prestan atención y no se sienten involucrados en la conversación. Por eso tu hijo todavía te interrumpe. Sin embargo, su memoria a corto plazo se ha desarrollado un poco y está aprendiendo a esperar, aunque sea brevemente. Son un poco menos impulsivos que a los dos años.
- ¿Tiene cinco años y te interrumpe? Ahora ya entiende lo que significa interrumpir a los demás y que no está bien. Incluso si tu hijo es menos impulsivo, contar su visión de las cosas sigue siendo una prioridad. Si le explicas a tu hijo que no debe interrumpir a los demás entenderá lo que quieres decir. Incluso en el jardín de infancia aprenden a respetar las reglas de la conversación.
- A partir de los seis años, tu hijo sabe que es de mala educación interrumpir a los demás. O bien se ha olvidado, o considera que lo que tiene que decir es tan importante que anula esta regla. Si tu hijo es especialmente temperamental, es más probable que interrumpa a la gente de su alrededor.
Cómo reaccionar cuando tu hijo interrumpe
- Permanece objetiva: Explícale una y otra vez que no se interrumpe a los demás y por qué.
- Sé paciente: Tu hijo no lo hace por malicia. Controlar su impulso de hablar es una tarea difícil, por lo que va a necesitar muchos años. Conocer las reglas de comportamiento es un proceso largo.
- No interrumpir: No debes interrumpirle a él como «un castigo» para demostrarle lo que molesta que te interrumpan. Para el desarrollo del lenguaje de tu hijo, es muy importante hablar y que le alabes por ello. Si le interrumpes con demasiada frecuencia, entonces corre el riesgo de no sentirse seguro y podría comenzar a tartamudear.
- Practicad el dejar hablar a modo de juego: Si te interrumpe puedes probar de hacer un juego de preguntas y respuestas. Se trata de que os digáis «Ya he terminado. Ahora es tu turno! «. Siéntate de manera que estéis a la misma altura y por tanto en igualdad.
- Enseña a tu hijo a interrumpir de forma cortés: Va a ser menos dramático si el niño sabe interrumpir de forma educada. Felicítale cuando lo consiga, con las alabanzas aprenden muy deprisa. Si el niño tiene seis años de edad o más puedes practicar con él interrumpiendo en las pausas cortas con un amistoso «perdona o disculpa».
- Cumple tus promesas: Si le has dicho al niño que dentro de 2 minutos vas a poder hacerle caso, entonces no lo hagas esperar cuatro minutos. Tu hijo debe ser capaz de confiar en ti. Recuerda que dos minutos de espera para un niño es casi una eternidad.
- Explícale tu comportamiento: Si el niño tiene seis años o más y te interrumpe constantemente puedes explicarle por qué no siempre puedes estar disponible para él, que no puedes dejarlo todo en cada momento, e incluso los motivos por los que debe ser así. Explícale qué otras cosas son importantes y por las que deberá esperar un poco.
- Presta atención al estado de ánimo emocional de tu hijo: Es un poco frustrante cuando no sale bien, tienes que entender que el niño te interrumpa, incluso a veces con los adultos sucede, puesto que no siempre se siguen las “normas” de la discusión.
- Dale tiempo: Tu hijo aprende de forma gradual a juzgar qué puede esperar y qué debe contarte primero. ¿Debe decirte de inmediato que la pica del lavabo se está desbordando? Cuando se da cuenta de que tiene muchísima hambre ¿tiene que esperar a que termines de hablar por teléfono?
- Sé un buen ejemplo: Deja que tu hijo acabe de hablar con sus interlocutores. Tu hijo aprenderá todo lo que hagáis tú y tu pareja. Sed un modelo.
- Discúlpate: Los niños copian los comportamientos. Si le interrumpes, discúlpate por haberlo hecho y anímale a seguir hablando. El niño va a recibir el mensaje de tu disculpa y se sentirá tomado en serio.
- Busca situaciones cotidianas para practicar: Deja que tus hijos cuenten algo durante la cena, deberán respetar los turnos de palabra. Debes asegurarte que todos puedan terminar de hablar.
- Elógiale: Si tu hijo ha estado esperando y no te ha interrumpido debes alabar lo bien que lo ha hecho. Entonces va a sentir que el esfuerzo vale la pena y que no son ignorados.
- Pide que te llamen a horas disponibles: Es preferible que tus amigos y parientes sepan a que hora es mejor llamarte. Cuando hay tranquilidad, cuando tu pareja se ocupa del niño o cuando éste duerme.
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