Opinión

Trump, Premio Nobel de la Pás, ¡Pás!

Trump, Premio Nobel de la Pás, ¡Pás!

Opinión no Pedida, por: Carlos E. Ricalde Peniche

Lunes 30 de junio del 2025.

Uno pensaría que el Premio Nobel de la Paz es una distinción reservada para quienes, con valentía y dignidad, luchan por detener guerras, tender puentes entre enemigos históricos, o arriesgar la vida para defender derechos humanos. Pero claro, en este mundo posmoderno donde la lógica está en huelga y el sentido común fue declarado especie en peligro de extinción, no faltan los fanáticos que proponen a Donald Trump como merecedor del Nobel de la Pás.

Sí, está bien escrito: ¡de la Pás! No de la faramalla, no del show mediático, no del Twitter agresivo, no del “yo tengo el botón nuclear más grande”… no, ¡de la Pás! Una interjección adecuada.

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Para entender esta propuesta digna del realismo mágico de Juan Rulfo, hay que repasar algunos de los méritos del Presidente Trump. En su primer Mandato (2017-2021), decidió que lo más pacífico que podía hacer por el mundo era bombardear Siria en plena cena con el Presidente chino. Imagínese la escena: copita de vino, bocado de pastel con trufas y Trump anunciando con sonrisa de vendedor de joyería: “Por cierto, acabo de lanzar unos misiles a Medio Oriente”. (Shayrat, 2017). Toda una metáfora de la diplomacia trumpiana: postre con guarnición de guerra.

¿Y qué decir de su amor por Corea del Norte? Ah, esa relación tan entrañable con Kim Jong-un, o como se diga, a quien primero amenazó con “fuego y furia como el mundo nunca ha visto” y luego llamó “mi amigo”. Un romance de película, entre bombas nucleares, insultos y cartitas de amor. Ejemplo de pacifismo, claro. ¿Quién necesita tratados multilaterales cuando puedes resolver los conflictos como si fueran chismes de vecindario? “Yo le dije, él me dijo, pero ahora nos queremos”.

Claro que sus fans más fervientes —esos que confunden geopolítica con reality show— dicen que Trump no inició nuevas guerras, lo cual, en su lógica, lo convierte automáticamente en pacifista. ¿No empezó ninguna? Perfecto, qué le den el Nobel también al político que no atropella a alguien este año, al que no roba del presupuesto, al que abraza a los criminales, pero declara estar a favor de los que menos tienen. ¡Qué meritorio!

Por supuesto, no se debe olvidar su “gran” plan de paz en Medio Oriente, también conocido como “El Acuerdo del Siglo” (28 de enero del 2020) donde básicamente se sentó con Israel, le guiñó el ojo, ignoró a los palestinos y firmó con bombos y platillos una foto muy bonita. Paz sin palestinos, un nuevo género diplomático: la paz unilateral.

Y si de paz interna hablamos, ¡ni se diga! Trump logró unir a su país… pero en el odio. Separó familias migrantes, sembró un muro entre México y USA, promovió teorías conspirativas, incendió Twitter como si fuera un lanzallamas y acabó su mandato con un asalto al Capitolio en vivo y a todo color. Una especie de Woodstock de los supremacistas con banderas confederadas.

Pero nada de eso importa. Lo evidencia su regreso para un segundo Mandato (2025-2029). Porque hay gente, mucha gente —más de la que uno quisiera creer— que sigue convencida de que Trump representa la esperanza de un mundo en paz, direccionado por la “grandeza” de los Estados Unidos que él ha prometido recuperar. Porque claro, en su diccionario particular, “paz” significa “orden a punta de trancazo”, “diálogo por altavoz militar”, “diplomacia vía insulto televisado”.

Premio Nobel

Es la paz del fuerte, la paz del que golpea primero, del que grita más fuerte, del que se siente con derecho a imponer lo que piensa y que lo ha declarado recientemente: !Paz a través de la fuerza!, o sea, ¡Pás! ¡Pás! ¡Pum! ¡Bam! Como Batman, pues. Trump reparte zapes internacionales destacando por su notable esfuerzo en convertir la diplomacia en un deporte de contacto.

La paz, esa cosa frágil que se construye con diálogo, empatía y humildad, hoy parece estar siendo secuestrada por la faramalla. Pero no hay de qué preocuparse. Si Trump sigue así, tal vez en unos años lo veamos recogiendo su Nobel… siempre y cuando no haya bombardeado antes el Ayuntamiento de Oslo donde lo entregan.

Ponte Xux
1. Trump bombardea a Irán y luego anuncia una tregua entre ese país e Israel. ¿Pacifista o invasor? ¿Un sistema democrático que lo arropa?
2. Luego dice, con gesto fruncido, ante la televisión mundial: “No saben qué carajo están haciendo”. ¿Noble, educado y preocupado?

 

 

 

 

Opinión-No-PedidaOpinión no Pedida, por: Carlos E. Ricalde Peniche / Correo-e: pibihua2009@gmail.com

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