Crisis en el país y en los partidos políticos. La Carreta
¿Ante una evidente crisis, los partidos de oposición podrían recuperar la preferencia y el que está ahorita, la permanencia? La Carreta
Las actuales circunstancias de crisis por la que atraviesan todos los partidos políticos del país, frente al acaparamiento de Morena y la preferencia evidente de los electores, obligarían a marchas forzadas por la posibilidad de competir con posibilidades de ganar la próxima contienda electoral por la Presidencia de la República Mexicana para el periodo de 2024 – 2030.
Hay preocupación en todos los sectores sociales, económicos, académicos y políticos de México, por el rumbo que ha tomado este país en lo que algunos llaman ‘autoritarismo evidente’ o, casi dictatorial’ del presidente López Obrador, con una marcada tendencia a fortalecer su popularidad en los próximos dos años y meses, que le faltan para concluir su periodo de gobierno.
Es mas que claro que el Movimiento de regeneración nacional, a diario anota en sus filas a nuevos afiliados, solapados en los programas sociales o en los alegaos de que si no votan por morena, perderán sus beneficios.
La verdad es que todo los mexicanos deberíamos de medir el «termómetro» con el dinero que traemos en los bolsillos y con la tranquilidad con la que nosotros y nuestros seres queridos salgan a la calle.
Pero si seguimos creyendo que repartir dinero nos sacará de las cifras tan negativas de inflación que arrastra el país, es como si pensáramos que al repartir balones de futbol, todos seremos deportistas profesionales.
En la atmósfera política –sobre todo en los partidos de oposición—se respira un aire de derrotismo por el comportamiento del propio presidente López Obrador, al “dar manga ancha” a su más allegados para que hagan campaña política sin esperar a que lleguen los tiempos normales de proselitismo político y de publicidad.
Y no mencionemos el espíritu triunfalismo de los secretarios de Estado, en este caso los de Gobernación, Adán Augusto López, y de Relaciones Exteriores, Ebrard, así como de la gobernadora de la Ciudad de México, Sheinbaum, quienes hace unos días, desplegaron su “fuerza electoral para impresionar y desafiar con un supuesto poderío”.
Sí, porque no existen candidatos de otros partidos y también porque alguien debe haberlos convencido de que “ahora o nunca” para empezar un movimiento anticipado y así llegar al “podio” antes que nadie, con el debido apoyo de recursos suficientes para animar la manifestación en su desplazamiento, sean acarreados o no.
De acuerdo con los estatutos del Instituto Nacional Electoral, INE, no es legal absolutamente, “ostentarse como candidatos a la Presidencia de la República”, sólo porque los haya señalado el presidente López Obrador, que gozan de sus preferencias y así ha mencionado a otras y otros. “Todos ellos muy capaces y de primera”, repite cada vez que tiene oportunidad.
En otros puntos de vista sobre el futuro que espera a los partidos de oposición, hay comentarios en el sentido de que la alianza “Va por México” presenta vulnerabilidad a las críticas de sus contrarios, que son regularmente los aplaudidores y seguidores de AMLO.
Se dice que los dirigentes de la alianza “Va por México” están “quemados”; que no les alcanzará el tiempo para ubicar a su candidato a la Presidencia de la República, cuando los de Morena todos los días hacen política desde años atrás, empezando por el presidente, los Secretarios, y la” hija política”, “estrella refulgente”, la gobernadora de la CDMX, Claudia Sheinbaum.
La crisis de los partidos de oposición, abona a que muchos crean que la alianza “Va por México” apenas tendrá tiempo de seleccionar a su candidato y convertirlo en competitivo, frente al demoledor efecto del Movimiento de Reconstrucción Nacional (Morena y sus ‘rémoras’, PT y Verde).
Los partidos aliados, PRI, PAN y PRD (quieren también convencer a MC, se dice que “sobre sus hombros” pesa un prestigio no apto para la importancia de una candidatura presidencial.
A Alejandro Moreno, le “han sacado sus trapitos al sol”, con el apoyo de la gobernadora de Campeche. Él afirma que todo es inventado y que las declaraciones que le acreditan, son videos y sonidos “editados”; que nada es cierto, pero bueno… ¿será necesario que renuncie a seguir siendo dirigente del Partido Revolucionario Institucional porque, en su terquedad, está arrastrando a los otros miembros de la Alianza?.
El dirigente del PAN, Marko Cortéz, también es el blanco de duras criticas ya que se dice a voces que no ha llevado nada bien el partido, quién no se sabe aún si lo destituirán, antes de elegir a un candidato que esté a la altura y señores “que Dios guarde la hora”.
Y finalmente, al PRD de Jesús Zambrano, Morena lo dejó totalmente desarmado, sin popularidad y sin una figura fuerte, no tiene un real líder social.
Si bien es cierto que quienes dieron su voto al partido Morena en las elecciones de 2018, en realidad son seguidores de López Obrador, se alebrestaron porque su candidato triunfó, lo que llevó de oleada a que por su partido, ganaran personajes para Diputaciones, Alcaldías y Gubernaturas, que dicho sea de paso, quienes votaron por ellos ni siquiera los conocen, es cierto, solo votaron por que decía Morena.
Si comparamos esta elección con el marco de un padrón nacional del INE, de 100 millones de mexicanos con derecho a votar, los que sufragaron a favor de Morena solamente representaron casi una tercera parte; es decir, 30 millones. Los que votaron por otros partidos, totalizaron 20 millones de ciudadanos.
La estadística nos indica que solamente votó la mitad de los registrados en el padrón del INE y que, la otra mitad, simplemente no votó por diversas razones. Son muchas más de las que suponemos. Algunas de ellas: que ningún partido político cumplía con las expectativas de libertad, desarrollo socioeconómico equitativo; impulso a la educación en todos niveles.
En realidad quien gana siempre es el abstencionismo, la apatía de la sociedad, que por cierto somos muy puntuales en exponer quejas en la redes sociales, pero cuando nos toca ejercer nuestro derecho al voto… simplemente dejamos que otros decidan por nosotros.
El pueblo está cansado, se encuentra en crisis, exige que todos los corruptos sean encarcelados; sin impunidad, mejores servicios médicos para todos; combate y control de la contaminación, evitar el despilfarro económico…
En fin, un gobierno honesto, con sabiduría para gobernar en un ambiente de seguridad nacional, y mantener el espíritu en alto en cuanto a no bajar la guardia a la hora de enfrentar al crimen organizado. Este es uno de los panoramas que anhelamos la mayoría.
Tener caminos dignos, servicios de salud completos y profesionales, educación y acceso a las tecnologías, pero quizás solo ocurra en un mundo paralelo.
Ya que ahora, más que nunca, los partidos políticos y el país se encuentran divididos, luchas internas al interior de los cuerpos políticos, y el mayor riego que corremos es la falta de representatividad con vocación, ya que pareciera que los cargos importantes para dirigencias, las ocupan los favores, los dedazos, como se conoce coloquialmente.
La Carreta por Eréndira Córdoba
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