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Cataluña no se disculpó. Por: Ángel Dorrego

Cataluña no se disculpó. Por: Ángel Dorrego

El pasado jueves nos encontramos, en múltiples medios, con la noticia de Cataluña sí se había disculpado por los abusos cometidos por la corona española durante la conquista de tierras americanas, derivado de la petición explícita del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. El Consejero en Jefe de Exteriores del gobierno catalán, Alfred Bosch, manifestó públicamente su condena a los abusos cometidos durante esta etapa histórica, utilizando los términos de barbarie, dominación y atrocidad. El encabezado en la mayoría de las notas periodísticas fue la supuesta disculpa. Sólo que en la declaración no existen términos referentes a ninguna disculpa o petición de perdón.

¿A qué se refería entonces el político catalán? Necesitamos hacer una breve contextualización para entenderlo. En Cataluña se ha revivido en los últimos años el espíritu independentista. Cuentan actualmente con una importante corriente política que impulsa la salida de Cataluña del monárquico estado español. Y han tenido algunos éxitos, ya que estuvieron a punto de hacer una plebiscito para preguntarle a la población catalana si preferían continuar siendo parte de España o votaban por la independencia, pero fue declarado ilegal por el gobierno español y nulificado con el uso de la fuerza pública, así como destituido su gobierno. Si le parece complicado, eso no es nuevo, si bien han tenido etapas de tensión y distensión. Así ha sido relación entre Cataluña y España en por lo menos la última decena de siglos. Los historiadores ibéricos siguen debatiendo muy fuerte si Cataluña alguna vez ha sido independiente de España, llegando a extremos tan dispares como que unos dicen que jamás lo ha sido mientras que su extremo contrario alega que fueron definitivamente conquistados hasta el siglo XVIII. Y en medio hay todas las posiciones que a usted se le ocurran. Un debate que parece interminable en estos momentos.

Pero hay una cosa que hay tener clara: existe de manera fehaciente un sentimiento arraigado en por lo menos una parte muy activa de la población catalana que los hace verse diferentes de lo que España representa. Tienen su propio idioma, son una nación exitosa y, para ilustrar en un ejemplo su rechazo a la cultura española, prohibieron las corridas de toros, actividad que es vista como una tradición cultural española; pero una barbarie para los catalanes, ya que incluye la tortura pública de un ser vivo por motivos de entretenimiento. Así de poco se identifican con España. Así de mucho se identifican con su propia cultura y tradiciones.

Entendiendo este marco, lo que vimos fue al funcionario encargado de las relaciones exteriores catalanas condenando, literalmente, lo que hizo la corona de Castilla, que no es la suya y, según su propia interpretación histórica, tampoco lo era en esa época. Lo que vimos no fue una disculpa por el comportamiento de España. Fue un enérgico rechazo de lo que hicieron otros, mandando el mensaje de que a ellos también se los han hecho. En términos muy simples y prácticos, Barcelona deploró lo hecho por Madrid, ya que ellos no participaron en eso. Lo que vimos no fue una disculpa, fue un diplomático abofeteo de la historia española, que no la de Cataluña.

Podemos estar a favor de cualquiera de las dos posiciones aquí mencionadas acerca de la conformación del estado español y la participación de Cataluña en él, pero tenemos que tener claro el conflicto existente para entender las acciones que se presentan en el entramado diplomático. Cataluña aprovechó el inocuo reclamo del presidente mexicano para fustigar el histórico modo de actuar de España, asumiéndose de forma subrepticia como víctimas comunes del mismo mal. Pero en México queríamos escuchar una disculpa. Y eso fue lo que unos oyeron. Yo sigo viendo el video y la palabra que escuche es condena. Una condena a España, que no son ellos.

Educación

Por Ángel Dorrego

Analista, consultor y asesor político. Especializado en temas de seguridad y protección civil. Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales también por la UNAM. Cuenta con experiencia como asesor de evaluación educativa en México y el extranjero, funcionario público de protección civil y consultor para iniciativas legislativas.
Correo para el público: adorregor@gmail.com