Lo medimos y usamos, pero en realidad ¿Existe el tiempo?
El reloj, es uno de los instrumentos que usamos para medir “el tiempo”, pero, lo que medimos es el movimiento.
Hay algo por lo cual siempre estamos preocupados y estresados los humanos. Y resulta que eso, ni siquiera existe.
Esa gran preocupación que tenemos es el tiempo, o mejor dicho, a lo que llamamos tiempo.
Muchos asegurarían, -¿cómo no va a existir? ¿Qué no se da cuenta que nos queda poco tiempo, o que ya llevamos cierto tiempo en esto o en otro?-
Pues no, no existe el tiempo. Lo que existe es el movimiento, pero no el tiempo.
O usted, estimado lector, ¿puede ir a la tienda de la esquina y pedir dos bolsitas de tiempo? o, ¿pedir a Amazon, que le envíen una caja de tiempo? Pues no.
Como decíamos, lo que existe es el movimiento. A eso que llamamos tiempo, lo describe Aristóteles, el filósofo griego de la antigüedad, como “la medida del movimiento según un antes y un después”.
Por ejemplo, si digo que hago 15 minutos de mi casa al trabajo. La medida de mi traslado o movimiento fue de eso, de los 15 minutos, desde que salí hasta que llegué.
Pero, ¿esos minutos de dónde los sacamos? De la medida del tiempo que tarda la tierra en girar sobre su propio eje. Sabemos que tarda 24 horas. Y cada hora es de 60 minutos. O sea, utilizamos unos movimientos para medir a otros.
El reloj, es uno de los instrumentos que usamos para medir “el tiempo”, pero, lo que medimos es el movimiento. Así decimos: -Tengo tanto tiempo de vida. Quiere decir que el movimiento en mi existir será de “x” número de años.
O ¿Cuánto tiempo llevamos de casados? Si tenemos 24 años, esto equivale a que desde cuando contrajimos nupcias la tierra ha dado 24 vueltas al sol. Pues, así es como medimos los años, dentro del tiempo.
Pero, la paradoja estiba que, eso que no existe, es de las cosas más importantes que tenemos. Sí. Debemos aprovechar el tiempo. Pues, el movimiento que llamamos tiempo, si lo medimos, nos daremos cuenta que pasa muy rápido. Viendo hacia adelante nos parece que transcurrirá lento. Mirando hacia atrás, nos parece que se fue veloz.
Ese es el tiempo psicológico: como cada quien percibe o califica. Lo cierto es que como dijo Heráclito de Éfeso, uno de los primeros filósofos de la antigua Grecia, “Todo está en movimiento”.
Así que, usted y yo, su cónyuge, el sexenio, el planeta, la galaxia, todo está en movimiento. Aprovechémoslo y hagamos nuestro el adagio latino “Carpe diem”, aprovecha el día.
—
-Les queda un minuto para entregar el examen, se acaba el tiempo.-
-Pues, como dijo que el tiempo no existe, no entregaré mi examen.-
¡¡¡PLOP!!!
Por Salvador Echeagaray
EL AUTOR ES DOCENTE DE FILOSOFÍA POR LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA (UAG).