“Hombre Gato” mató a dos mujeres en Argentina
El juicio del llamado “Hombre Gato” en Argentina fue suspendido debido a que el acusado no paraba de maullar.
Argentina.- El ingeniero israelí Gilad Pereg, conocido como el Hombre Gato, fue desalojado este martes de la sala en la que se lleva a cabo el juicio por el femicidio de su madre y de su tía, quienes fueron asesinadas a principios de 2019 en la provincia argentina de Mendoza.
«Señor Gilad Pereg, ¿este es su nombre?«, le preguntó la jueza Laura Guajardo al hombre de 40 años, delgado, de abundante cabellera, barba y bigotes negros, y que ingresó a la audiencia vestido con una camiseta roja y custodiado por dos policías.
«Miau«, contestó mirando al frente y con las manos esposadas, entonces la jueza Guajardo le recordó que ya le había advertido que se comportara. Pero el acusado se limitó a emitir maullidos de manera ininterrumpida, en medio de la incredulidad de la audiencia.
Suspendieron el juicio al "hombre gato" que asesinó a su madre y su tía porque empezó a maulllar cuando hablaba la jueza.
Estoy aburrido —– Estabas pic.twitter.com/YxFgeDi1Fe
— Remando Duro (@OsoKayakista) October 26, 2021
La jueza les pidió a los policías que lo llevaran a una sala contigua para que no interrumpiera más el proceso legal que se lleva a cabo en el Polo Judicial de Mendoza, y en el que un jurado popular integrado por 12 ciudadanos dictará su sentencia el próximo 3 de noviembre.
Pereg está acusado del delito de homicidio agravado contra su madre Pyrhia Saroussy, quien tenía 63 años al momento del crimen; y de homicidio simple agravado de Lily Pereg, su tía, que tenía 54.
Ambas viajaron de Israel a Argentina para visitarlo en Mendoza, en donde residía. Lo encontraron viviendo en una vivienda precaria colmada de perros y decenas de gatos. El 12 de enero de 2019, las hermanas fueron vistas por última vez.
Las víctimas fueron halladas en su casa
Dos semanas más tarde, los cuerpos de las mujeres fueron encontrados enterrados en el predio de la casa de Gilad Pereg. Estaban mutilados. Para ocultarlos, el feminicida los había cubierto de tierra y piedras.
Desde el inicio de la investigación, Pereg dijo que era un gato y a veces hasta arañaba a los guardias. Con el paso de los meses, incluso dejó de hablar y se limitó a maullar, como hizo este martes en el juicio. Por eso permanece internado en un hospital mental.
Con información e imágenes de Agencias.