Opinión

Otra puerta de escape el trabajo a distancia

Otra puerta de escape el trabajo a distancia ¡Legisladores ineptos!, Tras La Verdad, Por Héctor Parra Rodríguez.

El pasado lunes 11, el ejecutivo publicó las reformas y adiciones a la Ley Federal del Trabajo, creando un nuevo esquema laboral denominado “teletrabajo”, Capitulo XII Bis, artículo 330-A. Por supuesto los ineptos legisladores y el mismo López Obrador, que no hizo observación alguna, consideran (con las adiciones) una nueva manera de prestar los servicios para un “patrón”, con todos los derechos y obligaciones que otorgan las leyes, como la del Trabajo, la del IMSS, la del ISSTE e Infonavit. Un “trabajo” que deja de reunir las características a las que estuvimos costumbrados, desde siempre.

El “trabajo tradicional” requiere una subordinación inmediata, un jefe superior, horario de entrada y de salida, tiempo para consumir alimentos, etcétera. Esto se acabó en tratándose de los “tele-empleos”. Generaron una nueva puerta para evadir contrataciones “tradicionales”. Para los patrones será mejor la contratación por servicios profesionales y sin responsabilidades legales en beneficio de los trabajadores.

Y los señores legisladores pretenden desaparecer el “outsourcing”, por ser un sistema que permite abusos de los subcontratistas, esos que, como el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha contratado para evitar el pago de obligaciones inherentes al trabajar. Le resulta más sencillo desaparecer, en lugar de corregir errores para evitar la evasión de las obligaciones patronales. Pero, la pandemia le abre las puertas al gobierno lopísta para cometer más abusos en agravio de los “más pobres” a los que supuestamente defiende con sus políticas asistencialistas. De paso la desaparición del sector patronal.

El problema transitorio de la pandemia, en materia laboral, los legisladores lo han convertido en permanente. Han abierto la posibilidad de contratar a través de “servicios profesionales”, por medio de un simple contrato temporal, a empleados que no serán subordinados, para que, a distancia realicen aquellas actividades que puedan elaborarse, maquilarse desde casa, oficina o cualquier otro lugar (cafetería, lochería, restaurante, en la calle). El contrato establece derechos y obligaciones. De esta forma los diputados perjudican al trabajador en beneficio del patrón y éste, por lógica, tiene que defenderse.

El párrafo cuarto del precepto en cita estable que: “Se regirán por las disposiciones del presente Capítulo las relaciones laborales que se desarrollen más del cuarenta por ciento del tiempo en el domicilio de la persona trabajadora bajo la modalidad de teletrabajo, o en el domicilio elegido por ésta” ¿Así o más confusa la redacción? ¿Y los riesgos de trabajo? Vamos, si el empleado sufre algún accidente en casa o lugar en que se desempeñe el trabajo; cuando se sirva una taza de café o se ponga a cocinar mientras teclea, incluso si el equipo sufre descompostura y a consecuencia de ello se lesiona. Huecos y salidas sin respuesta. El patrón paga por resultados medibles, evaluables, acciones a las que no están acostumbrados los legisladores, ni el mismo López, quien ya hubiese sido despedido hace tiempo por inepto e incompetente.

Los legisladores crearon un sinnúmero de obligaciones patronales para evitar la existencia del “teletrabajo”, no para generar la nueva modalidad.

El artículo 330-E dice: “En modalidad de teletrabajo, los patrones tendrán las “obligaciones especiales” (más obligaciones) siguientes: I. Proporcionar, instalar y encargarse del mantenimiento de los equipos necesarios para el teletrabajo como equipo de cómputo, sillas ergonómicas, impresoras, entre otros; II. Recibir oportunamente el trabajo y pagar los salarios en la forma y fechas estipuladas; III. Asumir los costos derivados del trabajo a través de la modalidad de teletrabajo, incluyendo, en su caso, el pago de servicios de telecomunicación y la parte proporcional de electricidad; IV. Llevar registro de los insumos entregados a las personas trabajadoras bajo la modalidad de teletrabajo, en cumplimiento a las disposiciones en materia de seguridad y salud en el trabajo establecidas por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (la ineptitud andando); V. Implementar mecanismos que preserven la seguridad de la información y datos utilizados por las personas trabajadoras en la modalidad de teletrabajo; VI. Respetar el derecho a la desconexión de las personas trabajadoras en la modalidad de teletrabajo al término de la jornada laboral; VII. Inscribir a las personas trabajadoras en la modalidad de teletrabajo al régimen obligatorio de la seguridad social, y VIII. Establecer los mecanismos de capacitación y asesoría necesarios para garantizar la adaptación, aprendizaje y el uso adecuado de las tecnologías de la información de las personas trabajadoras en la modalidad de teletrabajo, con especial énfasis en aquellas que cambien de modalidad presencial a teletrabajo”.

Usted, en calidad de parón ¿adoptaría esta nueva modalidad de trabajo? Ya se la respuesta ¡No!

Toda esta “fiebre o diarrea legislativa” es consecuencia del ocio de los legisladores. No tienen otras cosas más importantes que hacer. Sabemos que sí tienen actividades más trascendentes, como sería crear normas para apoyar a los patrones en estos tiempos de pandemia en la que se han perdido millones de empleos, sin incentivos para ellos. Nada de eso. Los legisladores prefieren cargarles más obligaciones económicas a los generadores de la riqueza, a los patrones que se atreven a invertir para crear empleos y producir riqueza para pagar impuestos y con ellos el salario de los creadores de leyes.

¿La nueva modalidad de contratación generará más oportunidades laborales? ¡Por supuesto que no! En su caso, cualquier patrón contratará por medio de “servicios profesionales” para la maquila de esos trabajos, lo cual jurídicamente ya existe. Ningún patrón sería tan inocente de autogenerarse más cargas impositivas de las que ya tiene.

Este es uno de tantos ejemplos que hacen necesario que todos aquellos que hoy “manipulan, controlan y dominan” la Cámara de Diputados, pierdan las próximas elecciones. Es tiempo de corregir el camino y elegir legisladoras y legisladores altamente responsables, que dejen de jugar con el futuro de los mexicanos.

México necesita expertos en todas las ramas del entramado de una nación próspera y pujante; que conozcan de energías, del campo, de agricultura, de ganadería, de medicina, de educación, de tecnología, etcétera ¡Son 500 legisladores! Sobre todo, que sean solidarios con el pueblo que los mandata para hacer buenas leyes, no generar basura como la que han estado produciendo actualmente. Y si no cumples, fraude fiscal y a la cárcel. Es momento de cambiar.

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Tras La Verdad / Por: Héctor Parra Rodríguez

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