Lo que debe saber sobre el retraso madurativo en niños
¿Qué es el retraso madurativo en niños?
El retraso madurativo es un diagnóstico que se le da a muchos pequeños con ciertas dificultades, a continuación, conoceremos en que consiste este diagnóstico y cómo puede afrontarse de forma correcta.
Si bien el retraso madurativo, no es un término que sea reconocido en los más importantes manuales de diagnóstico de trastornos infantiles, la gran mayoría de médicos lo usa cuando los pequeños cuentan con ciertas dificultades de carácter importante.
En un gran número de casos, suele ser un diagnóstico inicial, que posteriormente puede convertirse en un diagnóstico de retraso mental o capacidad intelectual límite.
Un médico da este diagnóstico cuando:
- El niño presenta afectaciones en diferentes áreas de su desarrollo, por ejemplo su motricidad, el desarrollo cognitivo, la interacción social o el lenguaje. Si el retraso se presenta en una única área, se habla del retraso en dicha área y no tendría por qué haber un diagnóstico de retraso cognitivo.
- Un niño diagnosticado con retraso madurativo, cuenta con un lenguaje, una psicomotricidad o alguna de las otras áreas de desarrollo con un retraso cronológico. Eso quiere decir que sus acciones con respecto a algunas áreas de desarrollo son similares a las de un niño con una edad menor a la de él; este retraso puede ser de un año o máximo dos.
- El desarrollo del niño es más lento que lo tradicional, sin embargo, continua con la misma línea del desarrollo normal.
Estas situaciones pueden darse por varias causas:
- Niño prematuro.
- Niño con bajo peso al momento del nacimiento.
- Baja o nula estimulación para el desarrollo de las diferentes áreas de desarrollo.
- Crianza inadecuada. En otros casos, algunos hábitos como el control de esfínteres o la adquisición de hábitos de autonomía personal (comer, vestirse…) están retrasados por actitudes de crianza inadecuadas.
- O por causa desconocida, pues hay un gran número de casos que no aplican a las causas anteriores.
3 consejos para enfrentarse al retraso madurativo
- Cuando crea que algo relacionado con las áreas de desarrollo no va bien, es importante que acuda ante un especialista para que se realice una evaluación y posterior diagnostico
Es importante tener en cuenta las opiniones de los educadores o quienes compartan tiempo con el niño, pues ellos conocen de primera mano los ciclos de desarrollo y pueden ser una guía frente a esta situación.
- Luego de tener un diagnóstico positivo para el retraso madurativo, lo que se debe hacer es comenzar con la estimulación adecuada; aunque esto puede e incluso debe hacerse antes del diagnóstico.
La estimulación debe llevarse a cabo en las áreas afectadas y será mucho más efectiva si se incide en el centro del problema.
Con asesoría profesional, los mismos padres pueden encargarse de esta estimulación, o bien, pueden acudir a centros especializados.
La estimulación de niños con posible retraso madurativo puede comenzar, simplemente con la sospecha, aunque no haya un diagnóstico definitivo. La estimulación se lleva a cabo en las áreas afectadas, lenguaje, motricidad, autonomía… y será más efectiva, cuanto más incida en el núcleo del problema.
Desconfíen de consejos del tipo: “vamos a esperar a ver si madura“. Es preferible realizar una estimulación “preventiva”, que perder el tiempo esperando; porque si luego no ha madurado, desperdiciamos un tiempo privilegiado de mejora.
- Finalmente se recomienda llevar a cabo una revisión periódica para determinar el avance del niño en el desarrollo.
Este tipo de retraso es algo temporal y con la estimulación correcta se puede corregir de una forma rápida en caso de que no esté pasando algo más grave detrás del diagnóstico, como por ejemplo un retraso mental.
En todo caso es mejor realizar la estimulación conveniente para cada área incluso antes de que sea evidente cualquier tipo de retraso.
Diferencia con otros trastornos infantiles
El retraso madurativo es diferente a otros trastornos infantiles. Por ejemplo, es diferente a los trastornos del espectro autista o trastornos generalizados del desarrollo, o a los trastornos específicos del lenguaje o disfasias.
La diferencia principal con estos trastornos está en que, mientras en el retraso madurativo hay un retraso cronológico, pero que sigue la pauta normalizada de desarrollo, en los trastornos mencionados lo que ocurre es una desviación del patrón normalizado de desarrollo.
Un niño con disfasia o trastorno específico del lenguaje, presenta un problema de comunicación y lenguaje que supone una desviación del curso normal de desarrollo: no es un niño con un desarrollo del lenguaje como si tuviera uno o dos años menos, sino que su lenguaje lleva un curso totalmente diferente. Lo mismo ocurre con los trastornos del espectro autista.
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