Método sencillo para saber cómo le fue a tu hijo en la escuela
El método de la rosa y la espina para saber cómo le fue al niño en la escuela. Cómo saber lo bueno y lo malo que vive el niño
«Mi hijo no me cuenta nada», es una queja muy habitual entre los padres. Hay niños que cuentan cada cosa que han hecho en la escuela, lo que les ha ocurrido con sus amigos o si están tristes o se sienten felices. Y otros, son como ostras que se guardan todo.
Los padres sabemos lo importante que es saber cómo se sienten nuestros hijos la escuela, si algo les preocupa o si algún niño les ha dicho algo que les hirió. Pero, ¿Cómo hacerlo si no hablan? Una amiga psicóloga me habló de este sencillo método, se trata del método de la rosa y la espina para saber cómo le fue al niño en la escuela. cómo le fue cómo le fue
La rosa y la espina, un método para saber cómo le fue al niño en el colegio
En qué consiste el método de la rosa y la espina para saber como le fue al niño en el colegio
Es un método muy sencillo, podemos ponerlo en práctica todos los días de forma rutinaria y es una excelente manera de estar al día de lo bueno y lo malo que vive nuestro hijo. De esta manera, podremos orientarle o ayudarle en caso de que esté viviendo un mal momento, o simplemente ser partícipe de todas las cosas divertidas que le ocurren.
Se trata del método de la rosa y la espina y es perfecto para saber cómo le fue al niño en el colegio. A la hora de irse a la cama, en ese momento en el que el niño está tranquilo y nosotros aprovechamos para leer el cuento que le gusta o decirle unas palabras cariñosas antes de dormir podemos estirar un poco más el tiempo y mientras le arropamos, preguntarle:
– ¿Cuál es la rosa y la espina de hoy?
La rosa es ese momento que más le gustó, le divirtió o le hizo sentir bien; la espina se refiere a ese acontecimiento triste, doloroso, incómodo o simplemente algo que le incomodó a lo largo del día.
Quizás al principio sólo cuenten pequeñas cosas que a ti te parecen insignificantes, por ejemplo, la rosa puede ser que hizo un camino para las hormigas en el parque con su amigo, y la espina que su amigo las pisó. Pueden parecer pequeñas historias pero para nuestros hijos es su día a día, son grandes acontecimientos y todas ellas esconden lo que les hizo feliz y lo que les hizo triste.
Si preguntamos por la rosa y la espina todas las noches antes de que el niño se duerma iremos conociendo, poco a poco, esas cosas que no cuenta cuando nos ponemos a hacerle un tercer grado: «qué has hecho en clase», «te han castigado por hablar», «has jugado con Manolito», «te has comido todo en el comedor»… Todas estas son preguntas tipo que hacemos habitualmente y con las que obtendremos las respuestas que nosotros queremos, pero quizás no las que responden de verdad a cómo se siente el niño en el colegio y a qué da él importancia.
Podemos incluso hacerles partícipes de nuestra rosa y espina de hoy para hacerles sentir cómodos hablando y que ellos también entiendan cómo nos sentimos nosotros
Lo que no debemos hacer cuando pongamos en práctica el método de la rosa y la espina es:
– Presionarle: intentar obtener una respuesta sí o sí a toda costa, aunque esté cansado y esa noche no quiera hablar.
– Dirigirle en las respuestas: en ocasione acaban respondiendo lo que queremos oír.
– No dejarle hablar: los niños pueden tardar en explicar lo que quieren, debemos tener paciencia y dejar que hablen, aunque se atasquen, y no terminar sus frases.
– No mostrar interés: puede que el niño divague al hablar o que cuente cosas que no encuentras muy interesantes, pero lo son tanto como ese mal momento que has pasado en el trabajo o con tu pareja y que no paras de contar a todo el mundo.
Alba Caraballo. Editora de GuiaInfantil foto Cuc Digital