Opinión

Ustedes perdonarán, pero ahora sí…

 

Ustedes perdonarán, pero ahora sí…

El Jicote, Por: Edmundo González Llaca
Martes 23 de septiembre de 2025

Como opinador, como me diría la “Presidenta, comandanta y científica”, después de la súper transa del huachicol, no tan serenísima, no soy muy acertado en mis predicciones políticas.

Cuando ese milagro sucede, quisiera que en todas las plazas cívicas se pusiera la bandera y tocaran las campanas de todas las iglesias. Hace varios años, como por el 2021, escribí en Plaza de Armas el siguiente artículo. Como tienen vigencia mis augurios, vale repetirlo.

Lo titulé: “REY DEL CASH Y REY DE LAS TINIEBLAS”. Sigue: “En su última campaña electoral para la presidencia, en su cierre de campaña en Plaza de Armas, el entonces candidato López Obrador, en su intervención pública, expresó varios elogios por mi condición de maestro, pues en la UNAM cursó una materia que impartía; acto seguido, agregó que mi libro sobre el tema de corrupción, era su libro de cabecera y que lo tomaría en cuenta cuando llegara a la Presidencia de la República.

Añadió que estaba de acuerdo con lo que allí yo sostenía, sin embargo, respetuosamente, así dijo, no coincidía con una de mis hipótesis: “Que la corrupción a lo más se abate, pero nunca se acaba”. Agregó; “Yo voy acabar con la corrupción en México”. Su desacuerdo era un despropósito del tamaño de la Piedra de Bernal, muy parecido a los que ahora casi cotidianamente nos asesta en las “Mañaneras”.

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Algunos compañeros periodistas me preguntaron mi opinión sobre esa mención. Yo agradecí los buenos comentarios de López Obrador y dije que también apreciaba que me subiera al ring del debate, pues él era una figura nacional, y yo, que como dicen en la Sierra queretana, “Soy un humilde venadito que habita en la Serranía”.

Los comunicadores colegas me preguntaron mi opinión sobre el motivo de su divergencia, en ese momento agregué una ironía de esas que a veces, más bien en forma frecuente, se me escapan.

Que por la causa que señalaba de sus divergencias, me daba la impresión que realmente no había leído el libro. Aunque, ingenuo yo, consideré que el Presidente era incapaz de mentir, pero que no dudaba que mi libro sobre la corrupción, efectivamente, lo tuviera de cabecera, como él decía, pero que lo más probable es que lo tenía calzando su buró o para matar moscos.

La comparación me valió, en esos días, que sus entonces simpatizantes, me llamaran “envidioso”, “acomplejado y sangrón”, Que mi rencor era porque un alumno me había superado con creces.

No me defendí de ninguno de los adjetivos -que chance pudieran ser ciertos-, me limité a escribir uno o varios Jicotes precisando la postura que sostenía en el libro y rebatiendo la ocurrencia de López Obrador; Jicotes que se pueden consultar, en Plaza de Armas y si mal no recuerdo, también en el periódico “Noticias”.

Todo viene a colación porque el Presidente publicó un nuevo decreto presidencial, para que no se informe sobre grandes proyectos, entre otros, el Tren Maya. Asegura –vaya descaro- que lo hace para protegerlo contra los corruptos. Si hay algo que sostengo en el libro es que la corrupción es una planta de sombra, para crecer frondosa, como lo ha hecho en México y en su administración, es por falta de información y transparencia.

La democracia se basa en la participación de los ciudadanos la que no se puede dar si los ciudadanos no están bien informados.

El gobernante democrático obtiene el apoyo por el consentimiento intelectual, con información clara, oportuna, veraz y no por la fuerza ilusoria que brindan las mentiras, la intensidad subjetiva y sentimental de los profetas. En sentido contrario, los gobiernos autoritarios son opacos y crípticos, la ignorancia y la oscuridad condenan al silencio de los ciudadanos, les cancelan toda posibilidad de opinar, criticar y corregir.

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En mi libro destaco que son precisamente las grandes obras del gobierno, como la del Tren Maya, las que deben ser transparentes como un aparador de carnitas de Santa Rosa Jáuregui.

Pues es cuando las autoridades se aprovechan para servirse con la cuchara grande: los presupuestos son generosos, llaman a los cuates antes que a los capaces; las obras las hacen sin licitar y no rinden cuentas. No invento, el aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería anfibia de Dos bocas, han sobre pasado los planes presupuestales originales hasta en un cuarto por ciento más.

No imagino que mi humilde libro sobre la corrupción se encuentre ahora en una cabecera imperial del Palacio Nacional ni se utilice para matar moscos, que, en ese Palacio, que se gastan millonadas en su mantenimiento, ni los conocen. Sus hojas desprendidas y virginales de la mirada confundida del Presidente, se usan tal vez para limpiar vidrios o envolver tamales de Chipilín.

Solamente se puede ser “Rey del Cash”, si se es el “Rey de las Tinieblas” en el espacio público en el que debe imperar la transparencia y el acceso a la información. Eso pretende el nuevo “decretazo”. Fin del artículo, aparecido en Plaza de Armas.

Conclusiones. Todos los caminos de la corrupción nos llevan a Palenque, ahora recordamos que cuando en forma bastante ñoña el entonces Presidente sacaba el pañuelito blanco, pues no era para informar que ya se había acabado con la corrupción, era más bien para darle la bienvenida a 177 mil millones de pesos robados con el huachicol, cantidad que lo convierte en el gobierno más corrupto de toda nuestra historia.

Ustedes

No lo digo yo, lo confirma el índice de Percepción de la Corrupción, que ubica a México en la posición número 135. En pocas palabras, uno de los países más corruptos del mundo.

Cuando escribo corrupción histórica, estos consciente de la trascendencia de la historia. En el caso del huachicol no participaron dos o tres funcionarios corruptos, fue una corrupción que requirió de todo un andamiaje institucional: La Secretaría de Marina, Aduanas, PEMEX y un largo etcétera. Y la institución que no haya participado, que aviente el primer expediente falsificando documentos para no pagar impuestos o que lance la primera tonelada de combustible robado.

Y eso no es lo peor, el gobierno de la Presidenta, Comandanta y Científica no hace nada que, por el momento, nos permita ser optimistas en su lucha contra la corrupción.

En el caso del Tren Maya, que cito en mi artículo de hace varios años, se ha comprobado la corrupción y no ha habido ninguna sanción. El tren ha sufrido tres “interrupción del tránsito de vías”, le llaman en forma eufemística o hipócrita, lo que, según especialistas, han sido francos descarrilamientos.

Cuando la Presidenta descalifica a algún adversario político, nunca da pruebas, lanza estigmas como granos a las gallinas, pero cuando las acusaciones son para alguno de sus funcionarios o sobre sus obras, demanda pruebas.

Pues en el caso del Tren Maya, hay hasta grabaciones de los corruptos que involucran a un hijo de López Obrador, concretamente con la venta de balasto de mala calidad.

“Somos parte de la mafia de la corrupción. ¡Ja! ¡Ja! .

En una cosa sí tienen razón los miembros de Morena y defiendo su afirmación reconozco que dicen absolutamente la verdad:

“No somos iguales”. Por supuesto que no, con todo lo que se ha descubierto del saqueo institucional, muertes y suicidios del tema del huachicol, puede hacerse una serie de Netflix o una película de gángsters, teniendo como fondo musical el coro de Morena entonando: “No están solos”. “No están solos”.

¡Ni hablar! No son iguales, Morena tiene el oscuro y siniestro mérito de llevar a la política, de las primeras secciones de los periódicos, a la “Nota Roja”.

El Jicote, por Edmundo González Llaca.

Edmundo González LlacaLas opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión del Portal que lo replica y pueden o no, coincidir con las delos miembros del equipo de trabajo de RedInfo7., quienes compartimos la libertad de expresión y la diversidad de opiniones compartiendo líneas de expertos profesionistas.

 

 

 

 

 

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