Relación de Cadereyta Querétaro con Huichapan Hidalgo
Relación de Cadereyta Querétaro con Huichapan Hidalgo
Por: Heidy Wagner Laclette.
Mucho se habla de la relación histórica entre Cadereyta de Montes en Querétaro y Huichapan, Hidalgo, –entre otras cosas – sabemos que 30 españoles y 32 familias provenientes de Huichapan fundaron Cadereyta el 29 de junio de 1640, como parte de la expansión colonizadora de la Sierra Gorda y el impulso de la minería en la región.
Es decir, la relación entre Cadereyta de Montes, Querétaro y Huichapan, Hidalgo, se remonta a la época virreinal, destacando por su conexión geográfica, histórica y socioeconómica.
La fundación de Cadereyta se enmarcó en un esfuerzo de pacificación y control territorial. Colonos españoles e indígenas de Huichapan ayudaron a integrar la región al sistema virreinal, especialmente en torno a las minas de Maconí y Escanela.
Se sabe que durante los siglos XVII y XVIII, existió una red de mineros entre ambas poblaciones. Investigaciones históricas, basadas en archivos judiciales, revelan pleitos, créditos e hipotecas que reflejan esta interconexión y la influencia económica de la minería en la región.
Además, históricamente, la administración parroquial de Cadereyta estuvo vinculada a la doctrina de Huichapan, y el auge minero de Huichapan y sus alrededores atrajo pobladores a la zona de Cadereyta.
También es importante decir que tras la visita de un Arzobispo en 1686, la administración de Cadereyta pasó de ser un convento simple a una vicaría de la parroquia de Huichapan, que estaba a cargo de los franciscanos.
Aunado al descubrimiento de yacimientos de plata que atrajo gran cantidad de pobladores a la zona de Cadereyta, muchos de estos mineros provenían de Huichapan, donde también se explotaban las minas de la región.
Pero hagamos un poco de historia, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, el proceso entre Huichapan y Villa de Cadereyta comenzó una reorganización de las poblaciones de la Sierra Gorda para la reducción de indios chichimecas, pames, jonaces, mecos y otomíes, a través del proyecto evangelizador, que comenzó desde el siglo XVI y culminó José de Escandón para la primera mitad del siglo XVIII.
Sumado a ello, la reactivación y auge minero se incrementó desde la segunda mitad del siglo XVIII con el descubrimiento de vetas, pues contar con mano de obra indígena que sirviera para tal fin resultó importante para la corona española.
A finales del siglo XVIII se llevó a cabo la reorganización de las milicias de frontera, especialmente en la Sierra Gorda, para continuar con el proyecto de pacificación y evangelización que llegaría hasta el Nuevo Santander (fue una colonia de la Nueva España que abarcaba el actual estado de Tamaulipas, parte del Estado de Nuevo León y la parte sur de Texas comprendida entre el río Bravo y el río Nueces). El virrey conde de Revillagigedo confirió la tarea a Pedro Ruiz Dávalos.
Para Gómez Canedo en su diario del capitán visibiliza los pueblos, los presidios y los reales de minas transitados. Respecto al corredor de Huichapan, Tecozautla y Villa de Cadereyta, permite conocer la relación socio territorial y la manera en la que los pueblos sirvieron como bastión para llenarse de armas y provisiones.
La dinámica de la región serviría para entender la relación que existe entre Sierra Gorda y Huichapan junto con Villa de Cadereyta, pues a algunos de los habitantes del lugar se les otorgó el título de “capitán de guerra” o “capitán de frontera”, que combatieron contra los chichimecas, y era fundamental para mediar y mantener la paz en la región.
No solo al favorecer los asentamientos de los indios, sino al garantizar que estos pudieran integrarse al resto de la sociedad a través de las vías que ellos ya habían elegido: el comercio y el trabajo por temporadas.
Huichapan, como guarnición, mantuvo una constantemente interacción con los chichimecas que robaron el ganado, por lo que en muchas ocasiones los capitanes de guerra, que al mismo tiempo eran dueños de haciendas, enfurecidos por el saqueo, destinaron recursos económicos para continuar el proyecto de pacificación sobre los grupos. Junto a las guarniciones y poblaciones de avanzada, se utilizó a la población local para ganar terreno.
Por ejemplo, en Huichapan, al igual que en otros sitios como Río Verde, San Felipe Xichú y Celaya, se reclutaron otomíes para combatir a los grupos chichimecas del norte.
Lo anterior indica la importancia que tuvieron Huichapan y los otros pueblos aquí señalados durante el virreinato, como asentamientos de frontera ante los chichimecas.
Por ese motivo es que un gran número de poblados de esa zona fungieron como guarniciones militares con miras a hacer frente a esos grupos enemigos. En ese caso estuvo la provincia de Xilotepec y Huichapan y gran parte de sus pueblos sujetos, localizados al norte.
En la actualidad, esta relación se mantiene debido a que ambos pueblos mágicos, Cadereyta de Montes y Huichapan comparten frontera. El límite este de Cadereyta colinda con el estado de Hidalgo, lo que genera una conexión directa entre ambas localidades.
Ambos municipios se sitúan en el semidesierto, lo que contribuye a similitudes en su clima, flora y ecosistemas. Huichapan se ubica al oeste de Hidalgo, limitando con el estado de Querétaro.
En la tradición del semidesierto queretano-hidalguense, la barbacoa y el pulque son especialidades gastronómicas compartidas y muy apreciadas en eventos familiares. La proximidad geográfica y los lazos históricos facilitan las relaciones comerciales y el flujo de bienes y personas entre ambas comunidades.
Por: Heidy Wagner Laclette
Licenciatura en Derecho por el ISES, gano el Premio Estatal de Periodismo 2022, es colaboradora en Stereo Cristal 101.1fm a través del Cristal de Karly, columnista en Diario de Querétaro y varios medios digitales de comunicación.