Inscríbete para clases de arte en Casa del Faldón
Abren inscripciones para clases de arte en Casa del Faldón
En el Centro Cultural Casa del Faldón, de la Secretaría de Cultura del estado, están abiertas las inscripciones para que niñas, niños y adolescentes de 6 a 16 años asistan a las clases que a partir del 2 de septiembre se brindarán como parte de la Escuela de Iniciación Artística Asociada al INBAL, con duración de seis semestres, en disciplinas artísticas como música, artes visuales, teatro y danza.
Las actividades se desarrollarán los días lunes y miércoles, de 16:30 a 19:30 horas, en colaboración con el Programa Nacional de Escuelas de Iniciación Artística Asociadas al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y cuentan con validez oficial. Para mayores informes, enviar mensaje al número 442 138 6630 o escribir a la dirección eiaa.casadefaldon.queretaro@gmail.com
La Historia de la Casa del Faldón
En el antiguo Querétaro existieron dos personajes, don Pablo de Tapia, un alcalde indio y un español de abolengo don Fadrique de Cázarez y Puente, regidor del ayuntamiento, a quien le causaba demasiada molestia y envidia saber que su posición era menor que la de un «indio», por lo cual aprovechaba cualquier ocasión para hacer sentir menos a Pablo por su origen.
Un día de Corpus Christi, celebración con mucha tradición, en la que se acostumbraba realizar una soberbia procesión, donde acaudalados e importantes personajes del clero, ayuntamiento, la realeza y por supuesto la gran sociedad queretana se reunían para participar en tan distinguido acontecimiento, y para ello portaban bastones del palio con lo que cubría el cuerpo de Cristo, se dice era un acontecimiento solemne y una distinción para quien participaba.
En el desfile se encontraban don Fadrique y don Pablo, que a punto estaban de tomar sus bastones, cuando el español se adelantó con toda alevosía para llevarse uno de los bastones delanteros, cuyo honor le pertenecía a Pablo de Tapia, pues para su coraje su rango era superior.
Esta acción considerada, alevosa, de mal gusto y de poco caballero, molestó al alcalde don Pablo de Tapia quien sin hacer mucho escándalo, trataba de tomar el lugar que le estaban usurpando y le pertenecía.
Cuenta la leyenda que los ánimos se «calentaron» y el ego de Fadrique junto con su soberbia se vieron humillados al no poder estar en un lugar más importante y que según él, le correspondía por abolengo.
Cegado por la ira como todo un rufián, se abalanzó en contra de don Pablo para jalar el faldón de la casaca que portaba, que al arrancarlo con furia, este quedó roto entre sus manos.
¡Un verdadero escándalo! para una sociedad cargada de experiencias y «buenas costumbres», ¿cómo se atrevió?, se preguntaban los testigos del bochornoso episodio, una molestia general invadió a los presentes que no podían creer tanta osadía; el escándalo fue tal que se pretendía parar el magno desfile. Los ánimos fueron calmados por autoridades eclesiásticas pidiendo continuar y olvidar el bochornoso incidente por respeto al cuerpo de Jesucristo.
Terminado el evento don Pablo no dejó de compartir su molestia y emprendió acciones legales en contra de Fadrique a quien demandó ante los tribunales por el agravio a su persona.
La Real Audiencia dio su veredicto tras varios meses que duró el juicio, sentenciado a don Fadrique de Cázarez a ser desterrado de la noble ciudad de Querétaro, pagar la casaca rota y desembolsar el dinero para pagar los costos derivados del juicio. ¡El español no daba crédito a lo que escuchaba!.
Desolado, humillado por alguien que creía muy inferior a su estirpe, don Fadrique tomó sus pertenencias y salió de la ciudad para establecerse en «La otra banda», sin duda un golpe abrazador para su desmedido ego.
Ya establecido comenzó la construcción de la Casona del otro lado del Río, donde nunca ni en sus peores pesadillas pensó en vivir, pero sus malas decisiones lo llevaron a estar en el destierro; la costumbre de la gente de antes era poner un sobrenombre a las casas, sitios, incluso a las personas por los acontecimientos que les ocurrían, fue así que a la casa del español le dieron por sobrenombre «La Casa del Faldón», aludiendo al hecho de romper el faldón de la casaca de don Pablo de Tapia.
La casona fue construida pasando el río, hoy avenida Universidad, contaba con tres pisos y una terraza desde donde se podían ver las cúpulas de los templos y parte de la ciudad, además de los sembradíos y el campo que la rodeaba.
Se dice que don Fadrique jamás volvió a pisar la ciudad, murió en soledad, repudiado por la sociedad y tal vez reflexionando, que la soberbia y la envidia no son buenas consejeras.
Hoy el recinto ubicado en el andador de Primavera #43 esquina con la calle de Otoño, es el Centro Cultural Casa del Faldón, un sitio que desde 1991 fue rescatado para brindar un espacio cultural donde se ofrece al público en general, talleres, exposiciones, cursos y un sin fin de actividades artísticas, además cuenta con dos salas de exposición donde artistas presentan su arte.
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