Opinión

Elecciones. Jalándose los cabellos

Elecciones. Jalándose los cabellos

El Jicote, Por: Edmundo González Llaca

Martes 10 de junio de 2025

Resultaron patéticos los simpatizantes de la elección del Poder Judicial tratando de convencer, ya no digamos a los abstencionistas y críticos, sino convencerse a sí mismos de las bondades de la farsa. Después del llenar alebrije electoral, salían de las instalaciones confundidos, erráticos, todavía atolondrados después de elegir a mil juzgadores; escondiendo acordeones, Con un rictus de satisfacción que se veía más producto de un retortijón intelectual y, a lo mejor, de culpa política; chance, perdón por mi optimismo, hasta de vergüenza.

Recordé la anécdota que escribe José Antonio Marina en su libro “Ética para náufragos”. Un famoso barón y farsante, cae en un pantano donde se hunde sin remedio con todo y su cabalgadura, trata de salvarse jalándose el mismo los cabellos para arriba. Por más que suden, se aplaudan entre ellos mismos, los simpatizantes de Morena, no pueden cambiar la realidad y la realidad les pegó en la cara con el puño cerrado dentro de las urnas.

El ex Presidente ha dicho, en diversas ocasiones que dos libros de mi autoría son sus libros de cabecera. El de propaganda y el de la corrupción. Agradezco personalmente las menciones, en el de propaganda ha sido, sin duda, mi alumno más destacado, lástima que los métodos enseñados hayan sido utilizados para causas muy discutibles.

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El de la corrupción, dijo que también era su libro de cabecera, cuando al respecto me entrevistaron, comenté: “Gracias al Presidente por su mención de que mi libro sobre la corrupción sea su libro de cabecera. Aunque lo más probable es que lo haya utilizado para matar moscos o para calzar su buró”. No andaba mal en mi pronóstico, la ubicación de México en los organismos internaciones, lo califican como uno de los países más corruptos.

Nadie duda que ha sido el ex Presidente el gran impulsor de la elección del poder judicial, la polémica está en los motivos. Algunos afirman que la promovió por rencor, otros consideran que fue para blindar la aplicación de la ley. Los juzgadores de Morena garantizarían su impunidad, incluyendo familiares y cuates.

Si efectivamente López Obrador es el cerebro de la elección y ha manifestado que leyó mi libro de propaganda, no es posible que se hayan cometido errores tan elementales en el proceso de la elección. No en defensa del expresidente ni del alebrije, sino de mi texto, hago la aclaración correspondiente.

Supongamos que los ciudadanos, después del diluvio de propaganda se convencieron de ir a votar, eso no era suficiente, había la necesidad de que esa aceptación se tradujera en la acción de ir a votar. El propagandista debe reconstruir en el contexto que se ubicará la acción solicitada y el esfuerzo que amerita. En el libro pongo diversos ejemplos, citaré dos.

En la India, ante el problema demográfico, fueron repartidos pequeños rosarios de cuentas verdes y rojas, para indicar los días sin y con peligro de gestación. Los índices demográficos no se abatían. Se hizo una investigación, se llegó a la conclusión de que la mayoría de las relaciones sexuales se realizaban en la noche. El problema era que el 90 % de las casas en la India carecían de luz eléctrica. Si agrega la emoción del momento, todas las cuentas las veían verde esmeralda.

Jalándose

Este ejemplo me lo platicó un amigo doctor. Lo enviaron a una ranchería para mostrar a los niños los peligros de la caries dental y la necesidad de lavarse los dientes. Terminada la exhibición subió a un niño al estrado y le preguntó si se lavaría los dientes después de comer, el niño contestó: “No”. Pensó que había subido al niño más atarantado del grupo. Interrogó a los otros niños asistentes que a coro respondieron: “No”.

Cuando mi amigo estaba a punto del suicidio, un niño se levantó y le dijo: “Bueno, si nos lavaremos los dientes, si Usted nos regala los cepillos y el agua”. Era una ranchería que no tenían agua, casi ni para beber.

Esta sugerencia, insisto, advertida en mi libro, no la siguieron, los resultados están a la vista: diez por ciento de votos anulados. Los ciudadanos salían de las oficinas frustrados, escribían mentadas o las llenaban al método científico de tin Marín… Los morenistas siguen pensando que van a salir del pantano de su ineptitud, jalándose para arriba los cabellos.

 

 

 

 

Edmundo González LlacaEl Jicote, por Edmundo González Llaca.

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