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La madre de Elton John odiaba su música

 

Los secretos más íntimos de Elton John: la madre que odiaba su música, su coqueteo con la muerte y el orfanato que le cambió la vida

El cantante y compositor británico forjó su personalidad a partir de algunas relaciones y momentos clave que marcaron su vida.

Elton John es sinónimo de talento y perseverancia, pues no la tuvo fácil para convertirse en la leyenda que es hoy en día. Explorar la vida de este emblemático artista es adentrarse en un viaje repleto de altibajos, éxitos deslumbrantes y momentos conmovedores, los cuales le permitieron dejar una huella imborrable en la música.

El intérprete de ‘Can You Feel the Love Tonight’ tuvo que afrontar desde una áspera relación con su madre, una visita al orfanato que le cambió la vida y su casi encuentro con la muerte.

Una madre poco cariñosa

El cantante de 76 años ha contado que con su madre, Sheila Farebrother, tuvo un trato bastante áspero. Según lo que relató en sus memorias “Yo: Elton John”, su progenitora siempre fue muy crítica, y esto aplicaba para todos los aspectos de su vida, tanto en lo profesional como en lo personal.

“Si hacía un nuevo álbum, era una basura; si compraba un cuadro, era muy feo; si tocaba en un concierto solidario, era la actuación más aburrida a la que había asistido que se salvó por la participación de otro artista”, se lee en su libro autobiográfico.

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Además, calificó que “pasar tiempo con ella era como invitar a almorzar o de vacaciones a una bomba sin detonar: siempre estaba histérica, como cuando yo era niño”. Incluso, ni el hecho de convertirse en abuela la ablandó.

“Para cuando nació Zachary- quien es su primer hijo que nació en 2010-, ya no nos hablábamos en absoluto. Un periodista, en busca de la primicia, le preguntó a mi madre sobre cómo se sentía al no conocer a su primer nieto. Y ella dijo que no le molestaba porque nunca le habían gustado los niños”, recordó amargamente.

Elton John y su madre Sheila Farebrother no tuvieron una relación muy afectuosa.

Luego de una fuerte discusión, ocasionada por el despido de su asistente personal, Bob Halley, quien era mejor amigo de su madre, no se dirigieron la palabra durante siete años. Sin embargo, pese a estar distanciados nunca dejó de preocuparse por su progenitora:

“Me aseguré de que la cuidaran económicamente. Cuando quiso mudarse a Worthing, le compré una casa nueva. Pagué por todo; me aseguré de que tuviera la mejor atención cuando tuvo que operarse de la cadera (…) Subastó los regalos que yo le había hecho, sus joyas, todo para fastidiarme. Fue triste, pero yo ya no la quería en mi vida”.

En sus relatos también menciona que cuando se enteró que su madre estaba muy delicada de salud, quiso reconciliarse con ella, pero ni la enfermedad la hizo que se quitara la coraza que tenía. Ella nunca aceptó a sus nietos y le dijo a John una fuerte frase: “Yo también te quiero, pero no me gustas en absoluto”.

A los meses, el 4 de diciembre de 2017, Sheila falleció y solo en ese momento el cantante pudo cerrar ese capítulo amargo de su vida. “Estaba increíblemente molesto. La había visto la semana anterior y sabía que tenía una enfermedad terminal, pero no la vi tan mal. Ella nunca fue una madre cariñosa, pero, más allá de la mala racha entre nosotros, hubo momentos en los que me apoyó y en los que fuimos felices”, explicó.

Al borde de la muerte

Aunque el vínculo con su madre siempre fue distante, al parecer los lazos que los unían eran muy fuertes. Pues, el mismo año que falleció Sheila, el cantante fue diagnosticado con cáncer de próstata y estuvo a punto de morir.

John siempre supo que las cosas se deben atacar desde la raíz, esta es la razón por la que no quiso realizar quimioterapias y eligió extirpar la próstata porque es mejor “cortar por lo sano que asistir docenas de veces al hospital”. Esta decisión la tomó basándose en la apretada agenda que manejaba y no quería que su enfermedad interfiriera con su carrera.

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Sin embargo, Sir Elton John no tomó en cuenta que la cirugía, pese a ser un éxito, podría traer problemas, ya que contrajo una fuerte infección. “Fui muy afortunado, aunque en ese momento no me di cuenta. Estuve despierto toda la noche, preguntándome si iba a morir (…) En el hospital, solo, a altas horas de la noche, recé: ‘Dios, no me dejes morir, déjame ver a mis hijos otra vez, dame un poco más de tiempo”, rogó en aquel momento.

Su estado era verdaderamente grave, así que los especialistas le comunicaron a su esposo, David Furnish, que se preparara para lo peor: “Los médicos le dijeron a David que me quedaban 24 horas de vida. Si la gira por Sudamérica hubiera durado un día más, estaría fiambre”.

Luego de unos graves problemas de salud, Elton John tomó la decisión de retirarse de la música para pasar más tiempo con su familia.

Pero esa no era su hora de partir, pues luego de estar 11 días hospitalizado, recibió el alta y pasó otras siete semanas recuperándose en casa.

Estos problemas de salud hicieron que revalúe cuáles eran sus prioridades en la vida, así que llegó a la conclusión que lo mejor era retirarse de los escenarios para dedicarse a su familia y ver crecer a sus hijos, Zachary y Elijah.

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El orfanato de Ucrania que le cambió la vida

Una cosa que siempre tuvo en claro Elton John era que quería triunfar en la música y como su vida familiar no fue muy buena, esto hizo que relegara sus ganas de ser padre. Hasta que se enamoró de David Furnish.

“Cada vez que David mencionaba la idea de formar una familia, le presentaba una lista de objeciones porque yo no quería hijos. Era muy viejo, demasiado establecido en mis caminos. Demasiado ausente y siempre fuera, de gira. En realidad, mi propia infancia fue la raíz de cada una de mis objeciones”, explicó.

Elton John y David Furnish llevan más de 30 años de relación y juntos han formado una hermosa familia.

Pero como la vida está hecha para sorprendernos, el intérprete de ‘Your song’ nunca imaginó que una visita a un orfanato en Ucrania le cambiaría todos sus planes.

“Sentí una conexión inmediata con un niño al que intentamos adoptar David y yo junto a su hermano, sin éxito, pero mis sentimientos paternos ya no se fueron. Ahora quería hijos tanto como quería David”.

El 25 de diciembre de 2010, John y Furnish recibieron el mejor regalo de Navidad, ya que llegó al mundo Zachary, su primer hijo. A los tres años de este inolvidable momento, el 11 de enero de 2013, nació su segunda razón de seguir viviendo, Elijah, ambos por el mismo vientre de alquiler.

Una visita a un orfanato le hizo darse cuenta que en su vida le faltaba el amor de dos hermosos niños, Zachary y Elijah.

“Tener hijos hace toda la diferencia porque se trata de ellos, no de ti. Y es lo mejor que jamás sabrás. La gente dice: ‘Bueno, no estoy de acuerdo, no quiero tener hijos’ y está bien; habría dicho lo mismo, hasta que tuve a ellos. Entonces fue como, ‘Wow, ¿esto es todo? ¿Me estás tomando el pelo?’ Si tuviera 15 años menos, tendría dos o tres más. Sin duda”, declaró a People en el 2017.

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Por Jimena Ripalda Cuentas AP Photo/Caisa Rasmussen