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Madres al borde de la locura por estrés

El papel de las madres al trabajar fuera y en el hogar, puede hacer que, en un momento dado no puedan más. Evita caer en la locura.

Con uno, dos o más niños en casa, un trabajo que sacar adelante una familia y un hogar que debe funcionar de forma más o menos óptima, la locura no es una opción, debemos afrontar las situaciones que se presenten.

Los malabarismos que muchas mujeres tienen que realizar a diario para llegar a todo pueden acabar pasando factura y no física, sino también anímicamente.

Dejé de ser solamente en mi, para tener múltiples roles, como el de ser “maestra”, “réferi de peleas”, “cocinera”, “amiga”, entre muchos más.

Es el momento de pararse y pensar en qué se nos van las horas, para después reorganizarse y priorizar.

 Se impone, por lo tanto, un cambio de chip destinado a medir las propias fuerzas y, sobre todo, a determinar qué tipo de vida se quiere llevar, independiente de los tópicos y estereotipos que hay.
Primer paso: planta cara a la situación

Si has tocado fondo, las horas del día no te alcanzan o tienes la sensación de que no paras y que, sin embargo, siempre dejas un montón de cosas sin terminar, lo primero que debes hacer es frenar en seco y analizar la situación. Así no puedes seguir, tienes que volver a ser dueña de tu propio tiempo.

Para tomarte el cambio más en serio, plasma por escrito lo que sientes y lo que consideras que necesitas cambiar. Según una investigación publicada hace poco en la revista Science, escribir acerca de los temores y ansiedades aclara la mente y ayuda a tomar decisiones más acertadas.

«Cuando uno se agobia y no lo expresa en palabras, esto tiene un impacto que dificulta la concentración, lo que a su vez repercute en todas las facetas del día a día», señalaron los autores del estudio.

Diferencia lo necesario de lo superfluo o de aquello que puede esperar

Decide qué es importante. Para empezar a sentirte dueña y señora de tu jornada, en vez de víctima de este antipático tándem que forman tus obligaciones cotidianas y las manecillas del reloj, antes has de definir qué tienes que hacer sí o sí y qué es menos importante.

Según el consultor británico Ian Cooper, autor de Dueño del Tiempo, «muchas personas sufren estrés porque reaccionan a todo como si fuera urgente. Es el caso de los que corren desde un extremo de su hogar para llegar hasta un teléfono que suena insistentemente.

Pero, ¿qué pasa si no llego a contestar o no hago una tarea del hogar? Las cosas urgentes tienen consecuencias importantes. Pero ¿cuántas veces nuestras necesidades de tiempo entran en esa categoría?».

Y concéntrate en lo importante, no caigas en la locura

El profesor Lothar J. Seiwert, autor de Simplifica tu vida, advierte que cuando se quieren afrontar a la vez varias tareas, aunque sean solo dos, se debilita la energía interna. Las cosas de una en una, salen mejor.

Planta cara a los ladrones del tiempo. Aprende a decir NO a esa vecina-amiga que sistemáticamente un par de tardes por semana te pide que le eches un ojo a sus hijos mientras hace la compra (‘total, se quedan ahí, con los tuyos viendo la tele…’);

NO al vendedor de congelados a domicilio que llama todos los jueves a ver ‘si quieres algo’; NO a esa compañera de trabajo que sale de la oficina más tarde que tú y que a menudo te llama a casa por cosas del trabajo.

No tengas reparo en delegar ni en pedir ayuda. Según Laura García Agustín, ‘es importante interiorizar la idea de que pedir ayuda es bueno: todos lo hacemos y no pasa nada, así que no hay razón para renunciar a este privilegio’.

 Asesora: Laura García Agustín, psicóloga clínica y directora del centro Clavesalud, de Madrid. Foto agencias

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