Opinión

¿Paladín o demonio? ¡AMLO es un demonio!

¿Paladín o demonio? ¡AMLO es un demonio!, Tras La Verdad, por Héctor Parra Rodríguez.

AMLO insiste en entrometerse en el proceso electoral haciendo recomendaciones a todos, desde la no participación del dinero de la delincuencia organizada, de organizaciones civiles, de gobiernos estatales y municipales para apoyar a candidato alguno. Lo que repite como “perico” el presidente ya está en la Constitución y en las leyes electorales federal y locales. Los órganos electorales no necesitan intromisiones de nadie. Además, existe un catálogo de delitos de naturaleza penal a cargo de autoridades ajenas al poder ejecutivo federal.

Bien sabe, conoce el presidente las distintas opciones que existen para que ingrese dinero “sucio” a las campañas políticas. Él lo hizo, él sabe el cómo allegarse de dinero mal habido. Las pruebas lo han demostrado, por eso su preocupación de que otros hagan exactamente lo que él hizo para allegarse dinero “sucio” a sus distintas campañas electorales. AMLO es un demonio, no es un paladín de la democracia.

Su contumaz conducta delictiva solo indica que él y solo él es el único que puede ensuciar el proceso electoral y las campañas, una vez que den inicio; los otros, AMLO, no pueden intervenir. Eso sí, los amenaza para que saquen las manos. Querrá hacer lo que Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando sin autoridad alguna, declaró el triunfo de Vicente Fox; eso pretenderá López Obrador: declarar triunfos y derrotas.

Por si no fuese suficiente la intromisión del AMLO en el proceso electoral, invade atribuciones del INE y de las Oples, responsables de conducir todo el proceso electoral y cuidar el voto de las y los ciudadanos empadronados. Por cierto, el Secretario de Fianzas del Estado de Tepic, notificó al Instituto electoral, que no les dará dinero para el proceso electoral, en aras a la política de austeridad de López, quien ha pretendido minimizar la responsabilidad de los organismos autónomos, claro, ellos le estorban, por eso descalifica a las autoridades electorales. Así quieren descarrillar el proceso.

Las pruebas de corrupción en que ha incurrido el hoy presidente son obvias. Su hermano Pio recibiendo dinero sucio, al que le denominó “aportaciones del pueblo”. Le perdonaron el delito ¿Recuerdan a la diputada Cadena recibiendo dinero para López? Otro más de los ilícitos recientes, en la campaña de 2018, fue el Fideicomiso que formó para recibir millones de pesos en dinero sucio a carretilladas. También quedó demostrado el delito, pero impune el delincuente de López. Lo volvieron a perdonar. De ahí que AMLO conozca bien a bien la manera de burlar las leyes electorales y la penal. PAN y PRI, le dejaron todo a López para que abuse.

Nadie necesita de los hilarantes llamados del presidente a realizar campañas limpias. Todos saben que deben cumplir con esa responsabilidad, so pena de ser sancionados. Más ahora que López Obrador, promovió reforma penal para que no obtengan derecho a fianza los presuntos delincuentes electorales. Tiene a su disposición al Fiscal General, Alejandro Gertz Manero, para actuar al “chasquido” de los dedos del presidente y someter por la fuerza a sus oponentes.

Los desgañidos del presidente tienen uno de tantos propósitos, intimidar a sus contrincantes, amenazarlos y en su caso procesarlos por medio del ejercicio de la acción penal. Ninguna razón legal, política, mucho menos moral le asiste al titular del Poder Ejecutivo para hacer llamados que están en la Constitución y leyes secundarias. El “Perico” haciéndola de voceador. El presidente no puede estar repitiendo lo que el Estado de Derecho impone, son gritos desesperados en despoblado que nadie escucha, si acaso lo oyen, pero no lo escuchan. Su pretensión es convertirse en “adalid” de las elecciones; bajo ese falso traje de defensor de la democracia, se encierra el demonio que entreteje la madeja para no perder las elecciones y aumentar su poder.

La descarada participación de su ejército de operadores políticos distribuidos por toda la República, ya trabajan, llámense “correcaminos, ciervos de la nación o empleados de la nación” son los mismos delincuentes perfectamente aleccionados, cuyo objetivo es “ensuciar las elecciones” haciendo toda clase de artimañas para meter votos ilegales a las urnas. Ese es su propósito y responden directamente a los intereses de AMLO.

Ese grupo de “mapaches electorales”, son los que “pastorean y arrean” a los beneficiarios de los programas sociales. Cada uno de los “siervos” tiene a su cargo un grupo por sección electoral; están obligados a llevar el día de las elecciones a sus grupos para que voten por los candidatos del partido de López.

Esa estrategia ya es vieja, pero efectiva; con lista en mano, van de casa en casa para llevarlos a votar hasta cumplir con la cuota asignada para alcanzar los votos del triunfo del Distrito electoral, Distrito por distrito hasta abarcar los 300 ¿Por qué creen que los “correcaminos” están distribuidos en todo el territorio nacional? No es coincidencia, es estrategia, planeación. Torpes si no lo saben los aliancistas electorales.

No es casual que, a unos días de iniciar los procesos de campaña, AMLO arrecie las presiones políticas y penales en contra de sus opositores, ni los gobernadores se le escapan.

Les muestra el músculo y presume la subordinación del Fiscal General. Los gobernadores de oposición pueden hacer lo mismo: presionar. Pero temen al abusivo poder que ejerce AMLO. El presidente ha cometido un sinfín de delitos, puede ser acusado, denunciado y someterlo al desafuero, aunque pierdan el juicio en la Cámara de Diputados; como en el boxeo, no hay que darle respiro. Al demonio no debe dársele tregua alguna.

AMLO es un demonio

Tras La Verdad / Por: Héctor Parra Rodríguez

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