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Un vistazo barroco a la Sierra Gorda

Queretaro tiene en la Sierra Gorda una de las regiones más espectaculares de estilo barroco.

Viajar por estos caminos equivale a un encuentro con el arte barroco del México colonial, ya que, escondidas entre cerros y montañas, se encuentran singulares joyas barrocas que construyeron los misioneros franciscanos.

Corrían los inicios del siglo XVI cuando los españoles se adentraron en la región y nombraron a este sitio como “ Sierra Gorda ”. La razón fue que para ellos significó un verdadero esfuerzo llegar a aquellos abruptos y escabrosos parajes.

De inmediato se dieron a la tarea de ingresar a las diferentes comunidades indígenas del territorio con un claro objetivo: consolidar a la Nueva España y evangelizar a los habitantes.

Fue a partir de 1740 que los franciscanos del Colegio de San Fernando de la ciudad de México, lograron establecer finalmente cinco misiones: Jalpan, Concá, Tancoyol, Landa y Tilaco, mismas que actualmente permanecen de pie para la admiración de propios y extraños. Cada una distribuida en diferentes municipios del estado.

Barroco entre tres ecosistemas

La Sierra Gorda abarca 380 mil hectáreas cubiertas de montañas que alcanzan los niveles más altos y bajos del estado. En ella coexisten tres ecosistemas: selva tropical, regiones semiáridas y húmedos en los que corren a lo largo y anchos ríos, presas cascadas y arroyos.

Uno de los personajes más destacados en la historia de la región fue el franciscano Fray Junípero Serra, quien organizó y enseñó a los indígenas a levantar las misiones con sus propias manos.

Sin duda lo que ha hecho famoso a estos conjuntos es la extraordinaria ornamentación exterior de sus iglesias, ejecutada en piedra y argamasa policromadas.

La mision de Jalpan, Queretaro

Tal es el caso de la fachada de Santiago de Jalpan, primera en edificarse en 1751. En el siglo XIX se sustituyó la imagen del santo titular para colocar un reloj; en ella se pueden observar también la Virgen de Guadalupe y la Virgen del Pilar.A simple vista, cada una de las fachadas de las misiones parece un encaje en el que se entretejen las imágenes de la Trinidad, de la Virgen María, santos, ángeles, diablos, plantas y de animales fantásticos, así como de los escudos y símbolos franciscanos.

La misión de Tancoyol

Tancoyol significa “coyote” en huasteco. Su fachada plasma en piedra la pasión de Jesucristo en medio de un cortejo de santos y personajes celestiales.

Seis ángeles sostienen los símbolos de la Pasión, como la cruz, el mazo, la escalera, el látigo y la mano flagelante. Destaca una cruz atrial en el edificio, con otras dos en los medallones laterales, que son las de Calatrava y Jerusalén.

Arriba de un ojo de toro se representa la escena de la estigmatización de San Francisco. El arco de la puerta está flanqueado por las esculturas de San Pedro, San Pablo, Santa Ana, San Joaquín, San Roque y San Antonio.

Esta misión está ubicada en el “agujero del mundo”, ya que para llegar a ella hay que hacer un descenso hacia el poblado.

Tilaco y Concá

En tanto que en la misión de San Miguel de Concá tiene las tres imágenes del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, mismas que parecen vigilar sigilosamente a la población. Por otra parte, la fachada de la misión de San Francisco en Tilaco se distingue por su bello remate en forma de corona, bajo la cual está la imagen del humilde santo de Asís.

 

La puerta está flanqueada por las esculturas de San Roque con su perro y San Fernando Rey, mientras que la entrada es custodiada por el propio San Francisco.

Todas estas edificaciones son ejemplo y legado de evangelización de pueblo indígenas.

Queretaro ha guardado por años sus relatos, ahora le toca a usted conocerlos porque son parte de la historia de México y un legado del estilo barroco que pocos países pueden presumir.

La mision de Concá, Queretaro Viajando México