Opinión

Hora de malos perdedores

 

Es el show político electoral donde se negará la derrota, protestará en la calle y buscará revertir lo que se perdió en las urnas. Hora de malos perdedores, por: Ángel Dorrego

Hemos pasado la etapa de los sufragios en el proceso electoral. En una democracia suficientemente funcional esto significaría que se contarán los votos, se declarará al ganador y se empezará todo de nuevo, para verse otra vez cuando el calendario lo indique. Pero en nuestra otrora incipiente y hoy debilitada democracia vamos a ver el cada vez más frecuente show de los malos perdedores, donde el que careció del favor del electorado negará la derrota, protestará en la calle por la rara vez documentada injusticia y buscará revertir la situación por cualquier medida legaloide. Y, por supuesto, culpará a todo y todos los demás de lo sucedido.

Aclaremos que competir es casi intrínseco a nuestra especie. Competimos por acceso a recursos vitales desde que existimos y lo seguimos haciendo hasta el día de hoy. Nos hemos organizado en grupos pare defender nuestros intereses. Y cuando estos grupos necesitaban o querían la misma cosa lo resolvieron con la confrontación violenta, hasta devenir en la guerra. Para resolver las cosas con el sólo cálculo de las fuerzas, o sea, el poder, unido a la capacidad de negociación y ejercicio del concepto de autoridad; apareció la política. Puede ser desagradable, pero es mejor que la guerra. Y mucho tiempo después, podemos decir que la mayor parte de las naciones practica o intenta practicar la democracia como su sistema político, ya que resuelve el conflicto de la lucha por el poder interno con competencias periódicas por el ejercicio de la autoridad a través del sufragio popular.

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Un gran parámetro de la calidad de una democracia es la aceptación de las derrotas electorales, ya que demuestra que los actores políticos están adaptados a un ambiente donde la derrota no significa la desaparición, sino el momento de preparar estrategias para el próximo ciclo político-electoral. Como en toda competencia, el grado civilizatorio de los contendientes se refleja en la capacidad del vencido de reconocer la derrota y del vencedor de agradecerle a su rival por forzarlo a sacar lo mejor de sí mismo. Pero mientras, en México, todavía el siglo pasado se celebraba a un estado de la república porque nunca perdía, y cuando perdía, arrebataba. En descargo, sus habitantes están muy por encima del cliché.

¿Por qué sucede esto? Aunque como todos los fenómenos, es un asunto multifactorial, cabe destacar que tiene que ver que en México los políticos viven de la administración pública. Sus ingresos y posibilidades se aumentan y reducen según la posición que ocupen en la estructura del estado. Y no solo las de ellos, sino las de sus colaboradores. A esto hay que aunarle, además, a las estructuras partidistas. Mucho en juego para este sector, por lo que en cada elección imprimen un elemento de urgencia según el cual, el futuro del país se define siempre en la próxima elección, porque por lo menos el de ellos sí. Yo he escuchado esa historia toda mi vida y me parece que ninguna ha alterado irremediablemente el devenir de nuestra nación.

Desgraciadamente, como consecuencia tenemos una polarización de fuerzas que daña el terreno para terminar el conflicto con política, para empezarlo de nuevo por la misma vía. Pero tenemos gente que no quiere perder el botín por el que tanto se esforzó, así que buscan agotar hasta la última posibilidad de obtenerlo. Y así es como estas semanas veremos a estos malos perdedores criticarán al árbitro, acusaran al rival de las mismas trampas que ellos intentaron y tal vez hasta tomen algunas calles y edificios. Una grosera falta de respeto a aquellos que auténticamente lucharon para hacer valer el sufragio. Pero para defender el sufragio, primero hay que ganarlo. Lo demás es cosa de malos perdedores.

Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión del Portal que lo replica y pueden o no, coincidir con las de los miembros del equipo de trabajo de Okey Querétaro, quienes compartimos la libertad de expresión y la diversidad de opiniones compartiendo líneas de expertos profesionistas.

de AMLO

Hora de malos perdedores. Por Ángel Dorrego

Analista, consultor y asesor político. Especializado en temas de seguridad y protección civil. Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales también por la UNAM. Cuenta con experiencia como asesor de evaluación educativa en México y el extranjero, funcionario público de protección civil y consultor para iniciativas legislativas.

Twitter:@AngelDorrego

Correo para el público:adorregor@gmail.com