En la línea 12 del metro, actos criminales y de corrupción
En la línea 12 del metro, actos criminales y de corrupción, Tras la Verdad, por Héctor Parra Rodríguez.
Nunca reconocerán su responsabilidad Marcelo Ebrard y Claudia Sheimabum, en los actos criminales y de corrupción en la Línea 12 del Metro, que ocasionaron la muerte de 26 personas e innumerables heridos. Las pruebas dicen lo contrario. Sin embargo, los responsables son “dueños del poder” y podrán manipular a su antojo el resultado del peritaje o peritajes que emitan los expertos en las distintas materias del área de la construcción.
AMLO, perversamente manipula el asunto para darle el matiz político, pretendiendo desviar la atención a críticas de la oposición, a quienes ahora culpa de pretender “poner a pelear” a sus dos protegidos. Acto por demás falso, la “clase mediera” no se deja engañar por el mitómano presidente. Lo inconcebible: hay quien continúa creyendo las mentiras del presidente.
Si bien el tema no quedó en el olvido, Andrés Manuel, permanece sumamente dolido, no por las muertes que ocasionó la mala construcción y falta de mantenimiento; no, la razón de su molestia la lleva al ámbito político-electoral, razón que se tradujo en la pérdida de más de la mitad de las Alcaldías de la Ciudad de México.
Para el mitómano la culpa se debió a de los “aspiracioncitas clasemedieras” a una vida mejor, esa clase social que trabaja, estudian y se esfuerza diariamente, sector social la que repudia AMLO por pretender mejorar.
Los capitalinos mostraron su molestia e inconformidad por el pésimo gobierno de la 4T, traducido en la generación de problemas por la falta de gobernabilidad; por las mentiras del presidente, el incremento de la inseguridad, a ello se sumó la “tragedia del Metro”.
La información periodística de investigación llevada a cabo por el periódico estadounidense The New York Times, publicada en pasado fin de semana, vino a confirmar lo que ya hemos comentado en esta Columna. Obra costosísima, mala construcción y pésimo mantenimiento, las dos primeras causas fundamentales de la tragedia; lo otro, corrupción de Ebrard y Mario Delgado, entonces administrados del dinero público.
Pero, de los morenistas nadie quiere hacerse responsable, todos se defienden, aunque no se culpan entre ellos. Marcelo, sin tener conocimientos en materia de construcción, ataja con el banal argumento de que, en la nota periodística: “parten de premisas falsas o parecieran sugerir conclusiones o asumir una postura adversarial” los del periódico The New York Times. Por cierto, investigación de excelente “manufactura periodística”, con acciones interactivas que ayudan a comprender a los legos en la materia, las causas del fatal accidente.
Con una precisión en el tiempo, la nota informativa llegó de inmediato a México, surgida desde territorio estadounidense. Se informa detalladamente antes de que los morenistas “exhiba su peritaje” y culpen, tal vez, al mal tiempo como causante de la tragedia.
Los datos de la información cumplen rigor técnico, no solo de investigación. Miles de fotografías, expedientes técnicos y más, fueron el sustento de la investigación llevada a cabo. Propiamente podría considerarse como un “peritaje”. Por eso el escozor político y tremenda molestia entre la gente del poder morenista. Por supuesto que López Obrador, encabeza a los teatreros inconformes.
En la mañanera del lunes, López nuevamente defiende a sus “delfines”, inconcebiblemente los vuelve a exonerar de cualquier responsabilidad y promete que “pronto tendrá el peritaje que demuestre lo contrario”. Prepara el terreno político para limpiarlos de culpa. Reitero ¿Jurídicamente quién es AMLO para entrometerse en un asunto que no es de su competencia? ¡No es autoridad! No es nadie. Por eso el intolerante manejo político.
Mientras que la Fiscal de la CDMX, Ernestina Godoy, acérrima crítica en otros casos de mucho menor envergadura, esta vez ha “callado como momia”. Nada ha dicho sobre la investigación, mucho menos de “presuntos responsables”. Ni la directora del Metro, involucrada en múltiples negocios es aludida, para nada es mencionada.
La autoridad, en la búsqueda de cómo armar la mentira para deslindarlos de cualquier responsabilidad penal a Claudia Sheimbaum, a Marcelo Ebrard o cualquier otro personaje.
En la información del periódico The New York Times, también se menciona al multimillonario y socio de Andrés Manuel López Obrador, Carlos Silim, contratista y responsable de esa parte deficiente de la obra, quien, por cierto, jamás había participado en ese tipo de construcciones.
Fue su primera obra. Sin embargo, desde entonces era socio de la izquierda, antes perredistas hoy morenistas. Los gobiernos de AMLO y Sheimbaum, no han mencionado para nada el nombre del benefactor de obras y socio de López, quien también tiene a su cargo, como contratista, parte de la obra del tren Maya.
Una obra mal hecha que tuvo que ser corregida y modificada por el gobierno de Miguel Ángel Mancera, correcciones que al parecer no fueron suficientes. En esa rama de la construcción se llaman vicios ocultos. Deficiencias de corrupción que quedaron ahogadas en el concreto.
No hay más responsables que Marcelo Ebrard, el dirigente de Morena Mario Delgado, Claudia Shiembaum y la directora del Metro, Florencia Serranía Soto, quien no ha vuelto a decir una palabra, como aquel gazapo de “so soy solo la directora”, cuando hubo otro accidente bajo su dirección. Por supuesto también el contratista Carlos Slim.
AMLO, copartícipe por pretender ocultar la responsabilidad de los delincuentes, eso se llama encubrimiento en materia penal. Conclusión. En México nos gobierna una caterva de corruptos y delincuentes.
Tras La Verdad / Por: Héctor Parra Rodríguez
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