La pelota Salver desapareció sin darnos cuenta
¿Quién inventó la pelota Salver?, ¿en dónde se fabricaba?, ¿por qué nos trae tantos recuerdos? ¿Cuándo y por qué desapareció? Te contestamos a continuación.
Un día salimos a la calle a patear una anaranjada pelota Salver en compañía de los vecinos o hermanos sin sospechar que sería la última vez que lo haríamos.
Aquellos juguetes esféricos eran el deleite de millones de mexicanos que fueron niños en la década del 80 o 90, sobre todo por baratas. Aún así hubo algunos que se las veían negras para tener una al bajísimo precio de 5 mil pesos, de los de antes.
Pelota Salver, un gran recuerdo de infancia
Muchos tuvieron que armar la coperacha entre los amiguitos de la cuadra para comprar una Salver, otros más la obtuvieron como regalo de cumpleaños o bien en Día de Reyes, otros que ni en esas fechas porque la situación económica en casa no estaba fácil.
Por eso daba coraje que se ponchara luego de caer en la copa de un árbol de espinas o bien volarse al techo de una vecina poco alegre que nunca las devolvía. Para el primer caso siempre existía la ilusión de poderla parchar, pasándole un cerillo y esperando que el vinil se derritiera tapando el hoyo, cosa que nunca ocurría.
Así que una vez pinchada sin remedio los niños de la época solían tomar dos caminos: el primero era partirla por la mitad y hacerse con ella dos cachuchas, o bien, abrirla lo suficiente para que entrara la mano y fabricarse con ella una manopla para jugar al rey de los deportes.
A propósito había rapaces que compraban la Salver para convertirla en una pelota de béisbol, esto lo lograban quitándole el pivote y sumergiendo el esférico en agua hirviendo, de esta forma reducía su tamaño exponencialmente.
La razón del nombre Salver y el origen de la empresa
Sobre por qué la compañía jalisciense Salver no hizo una pelota de plástico específica de béisbol no lo sabemos, pero sí fabricó otras, como una blanca de voleibol, pero para ser honestos era lo mismo que la clásica naranja creada pensando en el soccer.
Ahora un dato que nadie conoce, el nombre de esta legendaria pelota de plástico, se debe a una contracción del nombre y apellido del fundador de la marca, Salvador Vergara, alias “Pocho”, pero nada que ver con una migración a Estados Unidos, porque hasta donde se sabe siempre vivió en Jalisco.
Casi 20 años sin la pelota Salver
Fue ahí donde inauguró la fábrica en cuestión, no para hacer pelotas, sino primero como una factoría de tuberías plásticas. Fue cuestión de tiempo para que empezaran a producir las bolas de vinil para venderlas a los niños mexicanos y también a los de otras latitudes de América Latina. Llegando a crear 20 toneladas de estos juguetes al mes.
Sin embargo en 2005, la empresa fue vendida a Grupo Industrial Michel, y fue entonces cuando dejaron de hacer la emblemática pelota naranja que todos recordamos.
Con información e imágenes de México Desconocido
